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miércoles, 19 de enero de 2011

Cada uno por su lado

Así andamos. La ministra de los brotes verdes anda preocupada por si el país pasa los test de estrés. Que esté tranquila, porque lo que van a medir es el estrés de los bancos, no el de los ciudadanos, que a estos, nunca nos preguntan nada.
Por ejemplo nadie pregunta si nos estresa esto; “hasta 2.382 millones/ El superávit de la Seguridad Social cae un 72% en 2010”. Esto es lo que realmente nos debe preocupar, especialmente a los ministros y menestras.
Claro que para demostrar que estamos en una política de austeridad, nos vamos a gastar una pasta gansa en esta chorrada; Cultura lingüística/ Sólo el PP emplea el castellano en el Senado/ A partir de ahora, el pleno del Senado debatirá mociones en lenguas cooficiales y necesitará traductores”.
Esta es otra batalla más en la que los imbéciles que usan la lengua como arma, han ganado, gracias a la cortedad de miras de los que se supone que mandan. Esto es un emplear las lenguas para conseguir más poder y separarnos todavía más. Para que la cosa sea más sangrante, lo pagamos entre todos, y mientras se les quitan prestaciones a los más necesitados, nos gastamos la pasta en estas chorradas. Somos el hazmerreir de muchos pero, más importante, somos la preocupación de Europa. No se puede hablar de un plan de austeridad y de control del gasto y dilapidar pasta en que unos señores que se entienden perfectamente, tengan que usar pinganillo para discutir cosas importantes.
Es otra forma más de separar a los políticos de la ciudadanía, después, que no se quejen.
Mientras tanto, para intentar evitar que de estas y otras cosas no se hable, otro personaje que hasta ahora tenía un prestigio personal bien ganado, lo tira por el retrete de la sumisión e intenta reinventar algo que ya tiene gran tradición; la censura a los medios de comunicación.
Don Ramón Jáuregui, que hasta ahora era una persona presumiblemente seria, va a intentar poner un “comité de control” para inspeccionar, vigilar y comprobar los contenidos de las televisiones y las radios”. Intenta vender la moto, diciendo que esto es para velar por las buenas costumbre, o sea para evitar que las belenes, los javieres  y los calvos difamadores se pasen de rosca, cuando en realidad lo que se busca es, única y simplemente, cerrar una emisora “Intereconomía”, que es la única que no le baila el agua a su amado gobierno, al que cabrea, por ejemplo, presentando pruebas del asunto del Faisán y otras cosas por el estilo. Según don Ramón, él quiere, “impedir la banalización y la crispación en televisión”, nada más y nada menos, cosa que se puede hacer, simplemente aplicando el Código Venial, en vez de usar este para retrasar y perder los papeles en las causas en las que el Partido no está cómodo.
Estos berenjenas televisivos, que por cierto ganan un pastón y a los que aparentemente Hacienda no investiga demasiado, van a seguir diciendo lo que les salga de sus narices. Los que están amenazados son los que no sigan el guión oficial al pie de la letra, es decir… cómo siempre.
Hasta mañana.
Pepeprado

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