Todo evoluciona, y en esta evolución se incluyen nuevas formas y maneras de acceder a la propiedad.
En un periódico de tirada nacional, hablan del desahucio exprés; “Balance del primer año/ El 'desahucio exprés', atascado en la bandeja de entrada de los juzgados”. En otro medio, local, la emprenden con la altura de los edificios y se va aludiendo a la legalidad de las alturas; “El hotel de Moneo permite elevar la altura de otros tres edificios del río”. Para hacer una obra de la que se lleva hablando en Málaga desde, al menos, que yo recuerde (y tengo una memoria muy desde pequeñito), se va a tener que hacer un referéndum y liar la mundial; el embovedado del rio. Finalmente para otra cosa antigua, hay que reunir a las fuerzas vivas; “La Junta y el Ayuntamiento se reunirán para pactar la gestión del Teatro Romano”. Estas cosas pasan porque se atienen a lo tradicional. Si se apuntaran a las nuevas formas, se podían pasar todos los problemas por la entrepierna, como se ha hecho con eso que se ha dado en llamar “la Casa Invisible”.
En esto de esta casa se ha demostrado que lo mejor y novedoso, es echarle cara al asunto. Si te apuntas a un partido vocinglero, con un o una abogado/a de esos reivindicativos, ya te puedes quedar con un palacio en pleno centro.
Frente a las dificultades que se les presentan a las criaturas que no pueden hacer frente a sus hipotecas de un par de cientos de euros, porque no tienen currelo, en este tipo de cosas no hay problemas. Te metes donde te parezca, cuelgas tres carteles y te reúnes con unos colegas para tocar el clarinete y ya eres un ente cultural de primera magnitud y tienes derecho a quedarte con el palacete.
Lo peor de este asunto es que está sentando un precedente peligrosísimo, especialmente cuando andan por ahí, desatendidos, edificios tan guapos y tan apetecibles como el Colegio de San Agustín, o el Mercado Provisional del Centro.
A estos atractivos espacios, a los que, por lo visto, encontrarles utilidad ciudadana es algo complicadísimo, cuando se metan unos pocos de asilvestrados y se declaren okupas los vamos a perder. Para este tipo de cosas, no nos engañemos, “todas” las autoridades y “todos” los partidos… se acoquinan.
Para “entregar” la Casa Invisible, que no puede estar más visible ni más en el centro, se ha producido algo que se manifiesta como milagroso; han estado de acuerdo el Ministerio de Cultura, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga.
Demuestran que aun cuando son incapaces de ponerse de acuerdo para otras cosas, para esto de darle coba a los protestones, todos están dispuestos a bajarse los pantalones políticos y a renunciar a su credibilidad y prestigio.
Me gustaría saber cuántas certificaciones de habitabilidad, cuantas revisiones de industria, bomberos, salud y demás zarandajas han tenido y especialmente, que tipo de licencia de apertura se les ha otorgado, porque allí se van a despachar pelotazos y otras cosas más, en libre des-competencia con los establecimientos a los que “sí" se les piden estos reliquorios.
Las noticias dicen que, para más inri, les han arreglado todos los desperfectos que había, para que estén mejor. Maravilloso. A partir de ahora, ojo avizor a ver si encontramos por ahí algún chollo vacio y nos ahorramos hipotecas e impuestos.
Hasta mañana.
Pepeprado
No hay comentarios:
Publicar un comentario