Las cosas que se ven,
son para estudiar si de verdad estamos majaras o es que somos más buenos que el
pan y nos las tragamos todas.
El ex ministro señor Blanco, admite que “ayudaba” cuando hacía
falta y eso su partido lo ve normal. La ex ministra señora Salgado, va a esquivar
la ley para cobrar más, exactamente como hacen todos los ex de todos los partidos,
y va a vigilar los brotes verdes de una multinacional a al que ella en su
momento debía controlar y que le ha ofrecido el puesto en vistas del éxito
obtenido en este su último trabajo.
En Bruselas dicen que van a poner cuotas femeninas a los
puestos directivos, o sea, que puede llegar un señor muy brillante a aspirar al
puesto, pero si no hay vacante de macho, no podrá acceder, y se le dará el
puesto a una fémina aunque esta sea un poco torrezno. Estupendo, a eso se le
llama competitividad.
No pensemos que esto siempre pasa por ahí fuera. Aquí en las cercanías nos
acabamos de enterar que los partidos políticos aprovechan cuando están en el
poder para pagarles másteres, cursillos de mejora, y demás ayudas en formación a
sus afiliados situados, eso sí, con dinero nuestro. Eso lo hacen mientras se
escatiman becas básicas. Muy bien, criaturas, lo estáis bordando.
Y hay liado un cirio de narices porque unos padres, han “secuestrado”
a su niña, a la que hasta el Defensor del Pueblo Andaluz, que es esa especia de
Gandhi de andar por casa que solo sale a la palestra en contadas ocasiones ya
que nunca planta cara a los que mandan, reconoce que tenía “problemas” de
consumo de cosas raras. Naturalmente, cuando te enteras que el secuestro ha
sido, dejarla en casa, sin salir, durante el finde, te quedas patidifuso. Pues
aunque parezca increíble, los papás están acusados de casi todo, incluidas
sospechas por su intervención en la muerte de Manolete. Así funciona esto.
Con esta forma de ver la vida, y de aplicar las leyes, hoy,
hay un par de noticias en las que sus implicados pueden sacarle pasta a la administración,
es decir a todos nosotros. Uno es un fulanito que roba de forma habitual, que
cuando lo trincaron llevaba encima 27 relojes, pero se partió los pies al
saltar la tapia. Puede argumentar que lo de los relojes era para estar
informado de la hora en todos los países y que saltar tapias es para estar en
forma. Así, que metan en el talego a los policías y a este le pagamos un máster
en saltos de vallas.
La otra, ha sido otra injusticia de esas que ofenden a los
progres; han multado a tres jovenzuelos por tirar comida desde su coche. Estos
gorrinos estaban en un aparcamiento, comiendo dentro del coche y lo que
sobraba, ¡ale! ¡por la ventana!
Estos pueden sacar también un pellizquito curioso de la administración,
argumentando que sí les pagan todas las comidas en restaurantes de cuatro o
cinco tenedores, no se verán obligados a tirar las cascaras de la fruta y los papeles
de los bocatas al suelo. Desde luego, el salmón, el pata negra y el caviar,
ensucian menos, no tienen raspas.
De la sentencia contra unos que en Granada echaron de una procesión
a una ciudadanilla, “por llevar la falda demasiado corta” (¿cómo iría de
esplendida la señorita?) mejor no hablar, suena a comedia de principios del XX.
Mejor lo dejo.
Hasta mañana.
Pepeprado
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