Así me quedé ayer
cuando escuché a don Juan Carlos no sólo pedir disculpas, sino prometer que “no
se volverá a repetir”. Tras años de democracia que se suman a los de la etapa
de Franco, nunca, repito nunca, había escuchado a un dirigente patrio reconocer
que se ha equivocado. De los de la etapa anterior mejor no hablar, decían lo que les decían que tenían que decir, pero es que esta etapa, ni Guerras, ni
Felipes, ni Aznares, ni mucho menos zapateristas o rubalcabianos varios, han
reconocido jamás de los jamases que ellos hayan sido capaces de hacer algo mal.
Todos han sido incapaces de, incluso, aceptar que han sido capaces de perder
elecciones y en esto y de esto, en Andalucía sabemos mucho, ya que tenemos ejemplos
dignos de un cuadro de honor al despropósito. Aquí, un partido, el PSA se
despeñó con un dirigente señorito y su grey y cuando otro dirigente, quizás más burro pero
decididamente más eficaz, lo estaba sacando del hoyo, volvieron a llamar al
señorito y sus huestes para que los hundiera para siempre. No digamos nada del
eterno líder del PP que está dispuesto a perder varias elecciones más. Aquí de
esto de sostenella y no enmendalla sabemos tela del telar. Por esto, mi mayestático pasmo de ayer. Desde que ganamos a Italia en la Eurocopa no me había sentido tan
sorprendido. Creo que con esto ya lo he visto todo, ya puedo seguir escuchando
como el resto de los dirigentes nos siguen engañando impunemente.
De este asunto, de
la sucesión, la mejor prenda la ha soltado el señor Cayo Lara que se pregunta que
pasaría si el heredero sale tonto. Hay solución, que corra la lista. De todas
maneras para ver lo que pasa con un dirigente tonto no tiene más que mirarse
en el espejo y ver cómo lleva él sus asuntos.
Recuperándome del
asombro, me entero de que en el mismo sitio donde critican cualquier cobro en
la salud, le habían propuesto al ministro Montoro que se cobraran las comidas
en los hospitales. No aclaran si los enfermos comerían en razón de su dieta hospitalaria
o de su cuenta corriente. Al menos en esto les dijeron que no, que te van a seguir
rajando las tripas pero después te aseguran el puré.
En la Cortijá
demuestran que lo de las leyes de Murphy
se cumple a rajatabla. Todo lo que no parece susceptible de empeorar, puede empeorar;
“PSOE e IU caminan hacia un gobierno de coalición con
Griñán y Valderas.” Ahora hay
que colocar a otros familiares.
En esta ciudad
siguen saliendo cosas raras, en el asunto de los Baños del Carmen, aquellos que
se “nacionalizaron” para beneficio de okupas y perriflautas, nos enteramos
ahora que cada dos por tres hay reyertas. La última ha dejado un detenido y dos
heridos. Es el resultado de la dejadez y el güenísmo institucional. Aquello es
la ciudad sin ley, o pero, la ley del más fuerte.
Me voy, no estoy todavía
al cien por cien.
Hasta mañana.
Pepeprado
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