Que me lo expliquen. Hay cosas que no consigo entender y que me
rechinan cuando las oigo o las veo en la tele. Especialmente cuando todos los
que están a mí alrededor comparten esa sensación de sorpresa cuando acontecen.
Me refiero a, por ejemplo, saber que el Boca, que es un tío que además
de muchos más delitos, terminó matando a una niña, anda en paradero desconocido
tras haberse pirado. A este personaje, lo dejaron en libertad para que se
presentara en el juzgado de cuando en cuando, pero ha decidido que ni eso, que él
prefiere seguir campando por sus respetos y por sus faltas de respeto hacia los
demás.
Pero, es que hay más, mientras buscan a este individuo, han vuelto a ligar
a otro personaje “famosillo”, a un tal Goyito que es considerado como “el rey
del alunizaje”, que disfruta de total libertad para dedicarse a sus robos y a
reventar tiendas y comercios. A esta criaturita, desde que salió del talego,
hace unos pocos meses, se le achacan unos 30 robos más, con lo que su marca total,
alcanza alturas estratosféricas. Me cuesta entender como este personaje sigue
en la calle después de haber sido detenido más de doscientas veces y de
pasearse con coches robados ante las cámaras de las cadenas de televisión
concediendo entrevistas chulescas y fardando de buga y gafas de lujo.
Un tío que ha sido detenido más de doscientas veces ya ha demostrado
que no tiene arreglo. ¿A qué están esperando? ¿A que suba un escalón y mate a alguien?
Suena increíble, pero mientras estos personajes andan por ahí, la gran preocupación
nacional es que a los ¿artistas? del cine, les van a quitar las subvenciones y
andan gritando que con eso se va “a acabar el cine español”. Pues vale, si
estos no cuentan con el público pata hacer sus películas mejor que se acabe. El
desprecio que esos presuntos artistas sienten hacia el público es correspondido
por este con eso mismo, con desprecio. Que se lo piensen.
Por los Aquí, también debemos tener nuestros propios Bocas o Goyitos,
ya que cómo ejemplo, una fábrica de ladrillos de Vélez ha sufrido en los
últimos dos años nada menos que cuarenta robos, lo que además pone en cuestión que
estemos en eso que se ha dado en llamar la “crisis del ladrillo”. No se sabe
exactamente donde construyen los ladrones, ni si consiguen vender los pisos que
hacen con lo robado. Sería bueno que dijeran que al menos a ellos les va bien la
situación de ventas de la construcción.
Cómo siempre, todo es un despropósito, mientras, las quiebras y los
impagados paralizan los juzgados de Málaga, aunque eso sí… el Málaga se ha
puesto tercero en la Liga. Con eso, todo el mundo es totalmente feliz.
Me voy, sólo un recuerdo para don Antonio Mingote que me ha hecho sonreír
durante muchos años. Descanse en paz don Antonio, que nosotros no podemos.
Hasta mañana.
Pepeprado
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