Hay un titular que dice que
la recesión se agrava. Seguro ha sido al saber que la selección olímpica de
fútbol ya está eliminada. Ya no es la Rojilla, vuelve a ser “la selección”.
Estaba haciendo falta esa cura de humildad, porque según todo lo que escuchaba,
nos iban a mandar la medalla de oro directamente a casa y la final con Brasil
iba a ser una pachanguita. Bueno, otra vez en el suelo.
He leído una reflexión de un
señor qué, aparte de cantar muy bien y durante muchos años, me consta que tiene
un pesquis especial, las coge al vuelo, don Paul Anka. Lo espabilado que es
este, se demuestra en que oyó una canción que en Francia no se comía un
bizcocho y trastabillaba comercialmente, “Comme d’habitude”, cantada por don
Claude François. Compró los derechos y la convirtió en algo muy especial. La
tradujo como My Way. ¿A qué os suena? (Después vino don Frank y la lió, pero
eso es otra historia). Pues bien, don Paul ha dicho esto; “Cada uno debe amar a su país y no confiar en quienes lo dirige”. Lo
dicho, un lince.
Otra cosa curiosona es que
los cooperantes, se han encalabrinado, y piensan ir, unos 20 de ellos, al
Sahara el próximo 7 de agosto y además lo hacen como una respuesta a “"respuesta
a la acción grave del Gobierno" y al "miedo que se está intentando
crear en la sociedad". Es
decir, están cabreados porque se ha intentado protegerlos y van por xoder. Posh
vale.
Hoy dicen que acaba el show
malayo. Ha durado dos años, y seguimos sin tener claro donde están los dineros,
así que para poco ha servido y para menos va a servir. Es hasta posible, que
siguiendo el estilo indemnizatorio del señor Divar, a los encausados se les den
algunos cientos de miles de euros por los servicios prestados y el tiempo
enbanquillados.
Bueno, mi finde. Estupendo,
el viernes estuve en un concierto de la OFM en el Colegio de Aparejadores que
estuvo realmente bien, aunque tuvimos que irnos antes de terminar, por razones
personales. Lo que escuchamos estuvo francamente bien, lo que es habitual con
la OFM, y el sitio es estupendo.
El
sábado, mientras estaba en mi oficina, dedicado a mis labores, me sobresaltó un
trueno que me sonó al lado. Eran los soldados aficionados que recreaban la
victoria de Bailen en el siglo XIX. Seguro habrá quien también protestará por
esto, pero es bueno recordar la historia. En esta recreación había
representación de ganadores, perdedores y colaboradores, todos en paz y
compaña. Lo hicieron bien, aunque se les fue la mano en el asunto cañonazos,
estoy seguro que a los que les pillara, cerca se les tuvieron que caer los
puentes de la dentadura. Pero, bueno, en resumen, bien.
Ayer domingo, tras pasar la
mañana con el ciclón Clarita, por la tarde-noche, en la terraza del AC Málaga
Palacio, oyendo a los Tres Tenores y enarbolando GTs, la cosa era difícil de
mejorar.
Los tenores derrocharon
facultades y el repertorio, muy veraniego, estuvo bien compensado. La noche,
aparte una humedad que hacía temer por la integridad del artista que acompañaba
al órgano, estuvo fresquita y agradable, así que todo fantástico. ¡Ah! El
público no fue el mismo de la actuación de la señora Fayos, menos mal.
Ya es lunes, me voy y me
adhiero a esos vecinos del Centro que temen un macro botellón durante la Feria.
Veremos, ya hablaré de mi opinión personal, no me escondo.
Hasta mañana.
Pepeprado
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