Hay gente, así, en genérico,
gente, que no se entera de qué va el asunto. Esos señores que se llaman de la
Izquierda Plural, que hasta el nombrecito es rancio, no se han enterado que
estamos al borde del precipicio y que hay que dedicar todas las energías a
buscar un medio para salvar los muebles. Ellos, a lo suyo, a presentar una
iniciativa parlamentaria para “declarar
el 18 de julio día oficial de condena al franquismo”. Habría que
explicarles que Franco palmó hace ya un taco de años (ni me acuerdo cuando fue
el óbito), que los franquistas, si queda alguno deben andar por los ciento y
pico de años, y especialmente, que ha pasado mucho agua bajo los puentes de
nuestra sociedad como para perder el tiempo en chorradas. Esto es cómo ponerse
a discutir si a Viriato le corresponde la doble nacionalidad hispano-portuguesa
por servicios a ambos países o si hay que revisar la contabilidad del
Conde-Duque de Olivares para ver si pagó el IVA. Lo dicho, chorradas, pero que
hacen gastar tiempo, dinero y energías.
Aparte de esto, todo sigue casi
igual, la única excepción ha sido la declaración del señor Montoro, que por una
vez en política, ha dicho la verdad pura y dura en lenguaje llano; “Si no sube la recaudación, peligra el pago
de nóminas a funcionarios”. En román paladino; el Estado no tiene un puto
duro. Ahora a digerir esto, franquistas y pluralistas incluidos.
Sin embargo, el resto de su
partido persiste en su error de no poner pie en pared con la señorita Fabra, la
diputada por el tercio familiar. La señora Cospedal dice que todo se arregla
con las disculpas. No, un personaje de este perfil no puede ser representante
de los españoles. Sí queremos arreglar el país, hay que empezar a barrer por
casa.
Por su parte, la oposición
también a lo suyo. El señor Hernando sigue amenazando a la ministra señora Báñez
por, según él, filtrar el ERE, pero sigue sin entender que lo importante es que
han hecho un ERE. Como están los tiempos, su persistente interés en que no se
sepa nada de él, huele a chamusquina. Más bien debería pedir luz y taquígrafos
para demostrar que todo se ha hecho conforme a ley. Un ERE, real y obligado por
las circunstancias, es algo doloroso para casi todos (menos para los sindicatos
que cobran por cabeza cortada), y no se debe usar esto para desviar la
atención, no es algo como para intentar difuminarlo. Eso hace que se levanten
sospechas; “si este no quería que se
supiera…, por algo será”. Piénselo don Hernando.
Lo que es de chiste es que
el ex Director General de Trabajo y Seguridad
Social, entalegado precisamente por sus afamados ERES, está ahora pidiendo
ayuda para reunir los 250.000 euros de fianza y salir del trullo. Ahora es el
momento de que sus “favorecidos” le echen una mano, pero claro, es posible que
si se sabe el listado de benefactores, se pueda corresponder con el de los
beneficiados y puede traer cola. Mejor que don Javier tire del colchoncito que
tendrá en alguna cuenta despistada, porque nadie se va a querer significar
tanto, tal y como están los tiempos.
Me voy, pero la perla diaria,
esta vez reflexiva, versa sobre lo corto que se nos está quedando el lenguaje
para algunas cosas. Hoy, para hablar de un yare se designa a su dueño como “el mega
millonario (naturalmente) ruso”. Ya, lo
de millonario, se queda corto, pero sólo para algunos. Para compensar, habrá
que lanzar un nuevo término opositor; los mega tiesos.
Hasta mañana.
Pepeprado
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