Cómo es natural, hoy, ya de vuelta, hay que
hablar de los asuntos peloteros. Un recuerdo para don Alfredo, para mí el mejor
de todos los tiempos, porque hay que considerar no solo lo que hacía, sino con
el material que lo hacía (no es lo mismo el balón de plástico actual que aquellos
pelotones de cuero cosido o aquellas botas que te dejaban los pinreles a punto
de nieve), además, de cuánto tiempo lo hizo, pues el que se autoproclama dios
del fútbol solo se mantuvo en la cúspide cuatro o cinco años, los demás fueron
un arrastrar el nombre por esos campos. Don Alfredo se mantuvo y mantuvo la categoría
hasta hace tres días.
Más peloterías. Estamos asombrados ante el
repaso que les dieron los alemanes a los que estaba previsto fueran los campeones
de este invento.
Observo en los comentarios, que la gente
olvida la actuación del árbitro en los primeros minutos, dejando a los
brasileños dar palos a diestro y siniestro, consintiendo sus zambullidas en el
área y sus empujones. Los alemanes que ya tenían previsto que iban a robarles
la cartera, se pusieron el parche y en 25 mins ya les habían marcado 5. Así, es
muy difícil para un árbitro cumplir con lo ordenado, porque pitarles a los de
la panzer división 6 penaltis, iba a ser demasiado transparente. Esta noche
queda por ver cómo se las arregla la FIFA para colocar en la final a su segunda
opción, la Argentina del ídolo.
Aparte de esto, ver un telediario o leer algún
periódico es de verdadera lástima. Todo son escándalos, meteduras de mano en la
caja, enchufismo por doquier y actuaciones (per)judiciales de espanto. Cómo la
de ese juez que ha dicho que apalear políticos y cercar congresos es algo muy
lícito y normal.
Visto cómo funcionan los tribunales, estos
listorros del Coleta han decidido sacar tajada, y van a denunciar a doña Espe y
al periodista don Inda. Pero, hasta para eso piden dinero. Están dispuestos a
llenar la caja a gran velocidad. Es natural, ya dijo el líder que lo suyo es
pedirle dinero a papá y en este caso, a todos los papás.
Por nuestros alrededores para qué hablar.
Lo de los cursos de formación, que servían para formarse un patrimonio unos
pocos, sigue. En Málaga han detenido a otros ocho, pero como es habitual de
esto se dice poco, a veces ni los nombres… para no molestarlos.
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