Tiene su parte de gracia, de una gracia
horrorosa y triste. De todas las perrerías que ha hecho toda la familia del Padrino de la
nación catalana, sólo se le piden cuentas… a don Montoro.
Tras declarar en la tele que estuvo
defraudando más de 20 años, no ha habido ninguna instancia judicial que le haya
preguntado nada. Y los políticos sólo se dedican a intentar sacar tajada. Lo
único que han hecho es intentar que don Montoro cargue con las culpas de todo,
de lo demás, pasan.
Si alguno de nosotros metemos en pinrel en
la declaración del IRPF, seguro nos adjudican un par de inspectores de cabecera
para que se vengan a vivir con nosotros, pero a los que mandan… a esos se les
permite todo. Yo, si algún día me llaman de Hacienda por no haber declarado los
chupa chups que le compro a mi nieta en gastos suntuarios... pediré la comparecencia de Montoro.
Hablando de cosas serias, definitivamente, hemos
perdido el oremus. En el caso del pederasta de Madrid, al qué, si alguna vez cogen
deberían colgarlo de los cataplines aunque algún juez lo pondrá en la calle en
dos días, lo único que hacemos es darle pistas para que se escape. Todos los días
las teles le informan detalladamente de los pasos de la policía para que sepa
por donde no debe ir, ni a qué horas debe operar. Con esto de la sociedad de la
información, nos hemos vuelto gilipuertas y nos dedicamos a ayudar a los
delincuentes.
Y de política, más. Los únicos que quedaban
que parecían centrados política y mentalmente, UPyD y Ciudadanos, andan
enzarzados en líos sobre qué hacer para mejorar lo suyo. Doña Rosa, a la que
parece que eso de la competencia no gusta demasiado, cada vez lo tiene más
liado. A ver cómo terminan.
Mientras, en las cercanías, el TSJA, mientras admite sin reaccionar que la Junta daba
ayudas con el único requisito de tener el carnet adecuado, anda defendiendo a
la juez que liquidó en dos días la extraña denuncia de violación. No se para a
pensar que el primer día lo tuviera todo claro y aceptara era una violación, e inmediatamente,
al día siguiente, eso sí, tras haber tenido en la puerta a los hábiles defensores
de la virtud de los cinco perenganitos involucrados, tuviera meridianamente
claro todo lo contrario. A mí, me sigue pareciendo raro, raro, raro.
En Málaga, ahora, a buenas horas mangas verdes, se enteran de
que los vecinos del centro estamos hasta los mismísimos de esos botellones que
no existen, de esas peleas que ninguna autoridad ve, de esos ruidos que sólo nosotros
oímos.
En mi caso, el último santo que incorporé a mi panteón particular
fue san Climalit, eso da idea del asunto. Un periódico local dice qué, andamos
buscando la Arcadia; se equivoca, sólo intentamos evitar el psiquiátrico.
Y en la provincia, en Ronda, unos presuntos okupas han “tomado” un
colegio cerrado. Dicen que reivindican un comedor social. Suena muy social el
asunto, pero… (siempre hay un pero), los okupas, que se han encadenado,
pertenecen al SAT de don Gordillo y don Cañamero. Y eso, por principio, da mala
espina. A ver sí hay alguien que ponga orden, aunque personalmente, no creo en
ello.
Hasta mañana.
Pepeprado
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