Lo primero,
la caló. Porque llamar a esto calor, es poco, es, la caló, que suena más potente.
Después,
que por ahí fuera siguen matándose, y el Papa Paco ha ido a Corea a ver si
arregla algo. Pobre hombre.
Para que
nos entren más calores, dicen que por ahí, que la deuda española, esa que
arrastramos entre todos (menos los partidos políticos, y los sindicatos), ya va
allá por el billón de euros que es una cantidad que
a este humilde mortal ya se le escapa de sus entendederas. De lo que nadie
habla es de pagarla, así que seguirá engordando.
En Melilla, sigue la batalla entre los de aquí y los de más
allá. Hoy he llegado a escuchar a un ultra progre de plantilla, que lo que hay
que hacer es, “eliminar las fronteras”, que cada cual vaya a donde le dé la gana.
Naturalmente de lo que no habló, es de cómo darle atención a los cientos de
miles que iban a a venir. Eso no le parece importante a este señor guay. Eso
que lo piensen otros.
En los ambientes cortijeros la jueza inmutable ya ha pedido al
Supremo, también, la imputación de Zarrías y Mar Moreno, los dos escuderos de
los presidentes empapelados, que eran los que más mandaban en realidad. Por lo
menos, don Gaspar, la otra me parece menos lista para estas lides.
Ante esto, uno, don Griñán, ya ha admitido que pufos, haberlos, habíalos,
pero Donmanué, por el contrario, dice que no se fía de la instrucción e
incluso, se tira el farol de decir que “hay interferencias políticas”. Este, a
la marmórea cara que ha utilizado para meter la mano en la caja, ahora suma desfachatez
inconmensurable. A ver cómo consiguen que esto se pueda “traspapelar” para que
todfos sigan a lo suyo.
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