Mal han
terminado algunas Navidades y mal ha empezado el año para algunas familias. Me
refiero a la muerte de un joven que hacía de Rey Mago en Níjar, Almería. Es una
pena pero debe servir para hacernos reflexionar sobre cómo están evolucionando
esas cabalgatas.
Como
viejales que soy, recuerdo lo que era una cabalgata de hace no tantos años. Era
una comitiva con elementos de lo que se llamaba la Historia Sagrada, unas
carrozas que eran simplemente casi unas carretelas adornadas, de dimensiones
contenidas, y con unos reyes modestos, anónimos, a veces contratados para ganarse
unas perrillas y una tirada de caramelos esplendida pero sin alardes.
Ahora esto ha evolucionado. Tal parece que
su principal cometido es un uso político-propagandístico del asunto. Antes
cuando en España yo sólo recuerdo a tres ciudadanos negros (Don Antonio Machín,
don Pepe Legrá y “nuestro” don Abdallah Ben Barek), era comprensible tener que embetunar
a un albo ciudadano parta hacer de Baltasar. Pero ahora, que la cantidad de ciudadanos
españoles y acogidos de color es abundante, y a algunos les podían venir bien
unos euretes por su colaboración, me parece una chorrada que haya que hacerlo,
aunque claro, el problema es que los tres reyes se utilizan como arma política,
para darse baños de multitudes algunos que en su labor diaria, nunca los van a
tener. Para más inri, la organización de los eventos las hacen también gente
que busca salir en la foto, y raramente se deja que sean profesionales de
eventos y festejos los que se encarguen de estas tareas. El colofón es la
cabalgata en sí misma. Ahora se compone de un totum revolutum donde hay televisivos
muñecos de moda, guerreros de legiones siderales y cualquier cosa que quiera promocionares.
Con carrozas que son barbaridades circulantes y recorridos que se “ajustan” a los
deseos de algunos. Para que el desmadre sea completo, algunos espectadores también
echan su cuarto a espadas en la insensatez. En la de Málaga, desde unos balcones
en la esquina de Carreterías y Cisneros, en la parte más estrecha del recorrido,
empezaron a tirar globos a mogollón sobre la multitud, ocasionando el tumulto
correspondiente, sin pararse a pensar en la que se lió en Shangai por algo parecido,
con sus muertos correspondientes.
Quizás no sean estas las causas directas de
los últimos accidentes de las cabalgatas, pero creo que sí que tienen una gran
parte de culpa en ellos. Claro que decir todo esto, al no ser “políticamente correcto”,
no va a ser ni siquiera sopesado, se seguirán repartiendo los “cargos” de rey
mago en función de las necesidades de relumbrón y haciendo esas macro demostraciones
de falso poderío económico…, a los muertos los enterramos y todos tan felices.
Por lo demás, por ahí fuera han encontrado
la cola del Airbus perdido, y hay un muerto en el Dakar, hasta ahora sin
explicación. En el país, lo de siempre, estafas, juicios, y causas abiertas a
go gó. Lo único, rarillo, es la oferta del juez don Castro que “se ofrece notificar en persona a la
Infanta la apertura de juicio”. Parece
que a Su Señoría le está gustando eso de salir en la tele.
En
Aquí, una noticia espectacular porque es una declaración n de intenciones; “Málaga prevé triplicar los ingresos por
multas del Sare, terrazas y convivencia”. Esta vez, al menos, lo dicen, eso
es lo novedoso.
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