Ayer falté a esta cita. Fue
debido a las secuelas de un finde bastante triste y malo.
Para empezar, y esto fue lo peor
de todo, falleció un gran amigo. Dada su relevancia social en esta ciudad, no
me importa por esta vez, dar el nombre; don Alberto Jiménez, abogado, cofrade,
pregonero y especialmente un “buen hombre bueno”. Tuve la suerte de compartir
con él aquella mili ahora tan olvidada, e hizo que pasara en ella algunos de
los mejores ratos que se pueden pasar. Después continuamos la amistad y nunca
jamás, le escuché una mala palabra o un gesto desabrido hacia nadie. Con una
vida extensa, con los altibajos propios de todas las vidas, la llenó con
cultura, buen gusto e indudable buen humor. Por eso, no quise ni ir a su
entierro, no quiero que la última imagen de mi amigo, sea una caja de madera y
cuatro cirios. Hasta la vista Alberto.
Para olvidar este mal trago, el resto
del finde ha sido bastante pintoresco. Mi módem de cabecera decidió abandonarme
y estuve sin Internet hasta que Movistar se apiadó de mí, y además, lo que
Haciendo llamó en su momento “mi parque móvil”, es decir los dos coches de casi
mi misma edad, fueron a revisión, uno de ellos, gracias a una gilitontéz mía, con
lo que ayer, tuve que instaurar, a imitación del Corte Inglés y sus Días de la Madre, del Abuelo, del Ferroviario
en excedencia, etc.…, mi particular Día del Automóvil Escachifollado.
Naturalmente, todo esto vino acompañado
de carreras, viajes, grúas y condimentado por comidas tardías, cabreos sordos y
atracos a la tarjeta de crédito. Al fin, ayer, parece que puse fin a este malhadado
finde y espero recuperar una cierta normalidad.
Cómo es natural, esto me ha
impedido estar al día de los desbarres de nuestros políticos y los líos
judiciales patrios, aunque por su insistencia, no me he podido escapar de las últimas
actuaciones de don Pedro, que tras meter en el saco a su nuevo fichaje, ahora se
descuelga con esta bella declaración; “La prioridad política de mi
generación es reformar el Estado para convertirlo en laico”. Este, por lo visto no se ha enterado que eso del
laicismo está desde ya hace tiempo, asumido. De lo que él habla y aspira, es de
prohibir a todos que piensen por sí mismos y decidan si quieren ser católicos o
no (por supuesto, ateo, musulmán, o budista se puede ser sin problema). Hasta
el ex Gran Visir don Rubh-al-Kabah ha salido de su escondite y le ha pedido que
la nueva doña Irene (nueva en todo, hasta en convicciones) tenga un gesto hacia
sus antes denostados militantes socialistas. Realmente, ésta ya lo ha hecho, ha
dicho que ella viene a vigilar las convicciones democráticas de todos lo demás
y todo lo demás, pero que las de su nuevo y amado partido no las va ni a mirar
no vaya a ser que la liemos.

Y lo maravilloso;
en España se puede estudiar la FP de Tauromaquia, o sacarse el Título de DJ.
Así podremos salir de las listas esas que estudian los noveles ¿educativos? de cada
país. ¡Fantástico!
Inserto uno de esos
carteles maravillosos que me encuentro por ahí. Este está en los vagones del
suburbano, leedlo con atención.
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