Retomo estas reflexiones sólo para mantener viva la actualidad y la llama de la conexión.
Tras mi llamada, aquella a la que me refería en mi última reflexión, no tempestuosa pero sí combativa, y no con Telefónica, sino contra Telefónica, mis días con esta conexión me jura el ente que ya están contados. En cualquier momento me iré al nirvana de los no conectados (hasta que una mi destino a otra compañía igual de informal pero nueva para mi), por lo que no quiero alargarme, ya que me pueden cortar en cualquier momento.
Sólo hablar del árbol de este año. Como corresponde a un año de estrecheces, es escaso pero digno, incluso su nacimiento ha sido problemático. Tras montar el chiringuito para hacerle una inauguración ad hoc, la lluvia, la deseada pero impensada lluvia, hizo aparición y el festejo se fue al traste. Los que más lo sintieron fueron los presuntamente oportunistas protestones de las bandas de música que hicieron una manifa más bien desmadejada. Chillona pero carente de sentido, ya que a mi entender, y se algo de esto, es solo la plasmación de las ganas de figurar de uno que no tiene otra forma de salir en los papeles. Allá ellos.
Hoy el árbol luce en su modesto esplendor, y la gente se arremolina a sus pies. Aunque esta mañana en mi paseo tras oír a la banda de Música en la Plaza de las Flores, ya he visto que los choripepes han sido más madrugadores y varios de los adornos de Navidad han sido ya esquilmados. Ya hay huecos entre los adornos de pascueros. Así es mi Málaga, la misma gente que anda protestando de que el Ayuntamiento no hace nada, va y a los que hace este, los estropea robándolos. Una pena.
Pongo las fotos y mañana ya veré como ando de megas.
Hasta mañana.
Pepeprado
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