Parece mentira, pero mi Maru y yo nos acabamos de dar cuenta de que todos nuestros viajes anteriores, eran de vacaciones… pero relativas. Cuando vas a sitios como Paris, Londres, Estambul, etc., lugares cargados de historia y de cultura, siempre quieres aprovechar el tiempo en verlo todo y al final te pegas unas palizas de muerte. Aquí, no. Aquí se viene a disfrutar y a relajarse y punto pelota.
Así que de contar cosas de museos y de cultura estabulizada y organizada nada de nada, todo lo que se puede contar es hablar de paisajes maravillosos, de vistas espectaculares y de amabilidad por todas partes. Si algo le. faltaba a este paisaje, era la organización llevada a la exquisitez, y desde luego, de eso, Hilton entiende un rato.
Estamos, cada pareja, alojados en unas casitas con la cama mirando a la playa que está a unos 10 metros y con la tranquilidad de que todo puede estar abierto sin problemas.
Mañana hablaré de la isla, Silhouette, y del complejo, Labriz Hilton, (se puede teclear ambas cosas en Google), pero hoy pongo fotos del viaje.
En una, mis acompañantes, para que se vea que llevo un buen equipo.
En otra, Clarita, que en vista de que mamá se había quedado adormilada por el cansancio, decidió leer el periódico.
Una muestra de la competencia que nos están haciendo. Un anuncio del aceite de oliva marroquí (no se donde tienen los olivos) en el aeropuerto de Dubai, pero ellos, me imagino que venden el nuestro con su etiqueta.
Otra en la que se aprecia lo “asustada” que va Clarita en los aviones.
Finalmente, otra de la recepción en el aeropuerto de Mahe y el mar que atravesamos desde la isla principal a la nuestra.
Mañana más.
Hasta ídem.
Pepeprado
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