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lunes, 20 de agosto de 2012

¿Balance?

Parece que sí, que hoy es día apropiado para hacer balance, recuento o cotejo de esta Feria del 2012.
Personalmente yo la finiquité con algo que suena casi a titulo peliculero; con un funeral y una boda. El funeral fue el viernes noche, para acompañar a mi amigo Ramón y a su familia que habían perdido a su hermano Cayetano, a los que les vuelvo a expresar nuestras familiares condolencias. La boda, esto ya es más alegre, el sábado tarde, para poder disfrutar del fresquito con chaqueta y corbata (un horror), y acompañar a Rosa y Carlós en la boda de Beatriz, para ellos y para los novios, felicidades. En fin, cómo se ve, un final raro, algo así como la Feria en sí misma, que ha sido variopinta y rarilla, hasta el extremo de terminar con una especie de cabalgata en el día que se supone que ya no debía haber nada y que no tuve la oportunidad de ver, porque estos Reyes hicieron una entrada muy particular en la ciudad tomada con un itinerario más de turistas que de conquistadores.
Bueno, en realidad la ciudad por lo que había estado tomada fue por una serie de horteras de esos que consideran que, el que se case uno de ellos, ya es un buen motivo para coger unas tajadas impresionantes y especialmente gilipuertas. Me explico: Creo que estar algo achispado e incluso, alguna vez, turuleta del todo, tiene que ser la, a veces, venturosa consecuencia “final” de una jornada memorable; empiparse en los primeros veinte minutos, trasegando todo tipo de mejunjes extraños, para coger la papa de forma inmediata y así perder el último vestigio de educación (o mejor, civilización), que les pueda caber en sus estrechos intelectos, y no digamos cómo afecta a sus magines y cacúmenes es una total gilipuertéz. Tras vestir de forma totalmente definitoria para saber de su sentido de la elegancia, estos (y estas, oiga) especímenes de dudoso discernimiento y estrecho entendimiento, se dedican a vociferar, molestar y vomitar, indiscriminadamente, a todo el que pase cerca de ellos/as sin ningún tipo de rebozo. Una alegría, pero una forma más de poner sobre el tapete el problema de hacia donde marcha esta sociedad, cuando lo que antes era un motivo de jolgorio, ahora se convierte en una falsa orgía (en las orgía, repito, la tajada llegaba al final) en la que lo más importante es demostrar su mala educación a la mayor cantidad de gente posible, en el menor tiempo disponible antes de perder el sinsentido.
De esto ha estado la Feria del Centro llena, de la de arriba no hablo ya que ni me la planteo. Al no tener coche oficial, ni parking reservado para exquisitos, ni cosa parecida, se me antoja que una excursión a tan remoto lugar, se convierte el algo demasiado aventurado y aventurero para mí. Prefiero el refugio tras mis adorados Climalit y con el aire acondicionado a toda pastilla.
En fin, esto se ha acabado por este año. Hoy, en la más completa tranquilidad llevan durante toda la mañana bailando eso que antes se llamaban “danzas regionales” en mi plaza (pongo foto), como una especie de desagravio al vocerío y a la bulla de días anteriores.
Cómo en el resto del país las cosas siguen su curso y al pistolero ya lo van a soltar, para que la semana que viene se pueda pirar a cualquier paraíso venezolano o parecido en perfecto estado de salud, es mejor no comentar nada, así que mejor lo dejo.

Hasta mañana.

Pepeprado 


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