Anda la sociedad enfrascada en discusiones y en mirarse
ombligos tenidos por importantes, pero esto da para que actualidad tenga de todo.
En los asuntos olímpicos, en esos en los que estamos
brillando tanto que la prensa seguidora ya ni habla de rojas, rojillas ni
rojeces, sobresale la historia del señor Pistorius. Este ciudadano sudafricano
perdió las dos piernas con dos años y con unas postizas de titanio está compitiendo
a muy alto nivel. Contra esta cara de feliz admiración, está la cruz de la inmoralidad
de sus presuntos compañeros que le han puesto todo tipo de inconvenientes,
llegando a decir que “tiene ventaja porque sus piernas pesan menos”. Desde
luego creo que la mayor desgracia del señor Pistorius no fue perder las dos
piernas, sino tener este tipo de compañeros.
Ya por estos lares, la periodista doña Ana Pastor anda
arrastrando su cruz de haber sido despedida, pero sinceramente creo que cuando
lo piense mejor se dará cuenta que este evento tiene una cara inmejorable. Con
este despido, la periodista ha conquistado la más alta graduación que se puede
conseguir en este país; tener el carnet de mártir. Teniendo en su currículo este
marchamo de mártir, tiene el futuro asegurado.
Se lo puede preguntar al ex Juez Justiciero, que anda por
Madrid postulándose como “el último exiliado del franquismo”. Tiene su mérito echarle
la culpa a un fiambre de hace más de treinta cinco años de algo que pasó hace
muy poco. Es otra forma de recordar y rehacer la historia.
Este juez tan exuberante, era tremendamente selectivo y
por ejemplo, en el 2009 no quiso investigar nada de lo que denunciaba la oposición
de entonces sobre ser espiados. Ahora están saliendo datos de que la cosa
estaba bastante fundamentada. Es lo que se está empezando a llamar la trama de “La banda de Interligare", que es el nombre que le da
la propia policía y que desde el mismísimo Ministerio del Interior del Gran
Visir, se dedicaba a cosillas variopintas; espiar a los otros, fabricar falsos
contratos, adjudicarse chollos de subvención, etc.… Cómo es natural de esto al final
tampoco sabremos nada, basándonos en ese principio que “todos” los bomberos evitan
pisar la manguera de otros bomberos.
En
Málaga ya se están montando casetas (pocas) en el centro. En la plaza ya hay un
par de ellas (foto) y aparte de esto casi total normalidad. En esta normalidad
entra una manifa de ayer, en la que unos 200 manifestantes protestaban por la situación
del Málaga. Que se sepa estos 200 cuando llegó el jeque tocaban las palmas y aplaudían,
así que mejor es que se lo hubieran pensado. Claro que lo de manifestarse es
algo que está de moda, así que ¡ale! a la calle todos los días, excepto cuando
haya fútbol.
Una
cosa importante; un juzgado ha dado la razón a un cliente al que Vodafone quería
cobrar de más e incluso amenazó con ponerlo en esas listas de “impagados”. Enhorabuena, yo también fui un damnificado de
esta compañía y sé de sus manejos. Los suyos y los de sus tiendas, a mí la que
me toreó fue la de calle Larios, lo digo para general conocimiento.
Bueno,
con esta le satisfacción me voy.
Hasta mañana.
Pepeprado
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