Hoy no me da tiempo ni a leer la prensa. No importa, hace
mucho tiempo tengo un asuntillo pendiente, que cada poco tiempo me refresca
algunos de las peliculitas televisivas o “tefeflimes” que dirían en algunos
lugares.
Pongo en situacion. En muchas de esas series televisivas
con que nos intentamos evadir de la realidad cercana, -que por decirlo de
alguna manera, tiene tela marinera-, de cuando en cuando, no siempre, pero sí
muchas veces, el fiscal, el abogado o el policía de turno, héroe de la serie,
tropieza con algún enjuague, generalmente con muerto incluido, en el que
aparece el nombre de algún miembro del Senado yanqui, o del Parlamento inglés, del
alemán o del de donde sea. Siempre, el esforzado buscador de la justicia se
planta ante ellos para pedir explicaciones; estos, se las dan con la boquita
pequeña o echándole los carros al investigador; pero unos minutos más tarde,
tras una hábil y rápida investigación, se llega a la conclusión que el politicastro
ha mentido y es culpable. Entonces, ¡oh, Señor!, sin más explicaciones, lo
detienen, le leen sus derechos y se lo llevan p’alante, sin tener en cuenta que
esté en un banquete, en medio de un discurso o tomando café con su cuñado. Si
el infractor es de un país escandinavo, lo lleva aún más crudo, allí los meten
en el trullo antes de que respire, y por supuesto, lo dejan financieramente
tieso cobrandole todo lo que se le pueda cobrar. Maravilloso, es la mejor
manera de venderle al amado pueblo eso de que en democracia todos somos iguales
ante la ley.
No me es difícil imaginar, qué, en la realidad de esos países,
será ligeramente más complicado, pero, pasar, pasa. No hay más que leer las noticias
para ver a multitud de políticos extranjeros ante los Tribunales… y castigados
por sus fechorías. Ejemplos, a montones; al mismísimo Clinton no se le empapeló
porque pusiera al hermanillo chico en boca ajena, sino por mentir al pueblo con
boca propia, y recientemente han juzgado al Primer Ministro de Islandia,
simplemente porque les pareció que lo había hecho mal, aunque nadie dijo que se
hubiera beneficiado.
En cambio, aquí… Aquí, los inútiles se van de rositas y cualquier
mindundi qué, por eso de las listas cerradas y por ser coleguilla de algún jefe
de partido, ha conseguido un acta de alguno de los múltiples parlamentos, senados, y administraciones raras
que nos han colocado… ¡ya tiene patente de corso, está protegido para todo!
Según el art. 71, punto 2, “durante el periodo
de su mandato […] gozarán asimismo de inmunidad y sólo podrán ser detenidos en
caso de flagrante delito. No podrán ser inculpados ni procesados sin la previa autorización
de la Cámara respectiva.” Mira que bien. A los avispados legisladores y constructores
de la llamada Carta Magna, se les olvidó poner esa coletilla de, “…cuando sea en el ejercicio de sus
funciones” o bien, “…excepto cuando
incurran en delitos del Código Penal correspondiente”. A eso se le llama
visión de futuro y protección a las futuras generaciones de políticos.
Cómo aquí la flagrancia está muy diluida, aunque pillaran
a uno, con el hacha en la mano y tres cadáveres decapitados y aun sangrando, no
se le podría detener, así que ir al trullo por lo de recibir dinero en
gasolineras o repartirse subvenciones con los amigachos, ni te cuento.
Es por eso, entre otras cosas, por lo que el inefable alcalde
piscinero anda de gira por la región cometiendo toda clase de desmanes y tropelías,
y por lo que presidentes de diputaciones, alcaldes, y demás agregados, hacen lo
que les sale de los cacharritos sin nadie diga ni pío, prensa incluida.
Por eso, un respeto a los teleflimes, aunque sea
tangencialmente también nos enseñan que hay mundos mejores y lo que es, de verdad, la democracia.
Hasta mañana.
Pepeprado
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