Es obligatorio hablar de la Diada
de las narices y del peñazo que nos han dado las teles y demás medios de
presunta comunicación con ella y que siguen dándonos.
Pongo un par de
fotos con mucha gente, lo que en Málaga se dice “unas pechá de gente”. La
primera, esta del principio es mía, la otra, la del final es cortesía de RPS.
En ellas, repito, se ve a mucha
gente, pero no son de la Díada, sino simplemente de la que congregó en Málaga,
la Coronación de la Virgen del Rocío.
Las pongo porque sé positivamente,
que una gran parte del país se ha asustado al ver las imágenes de Barcelona,
pero hay que reflexionar más fríamente.
Sí en una capital pequeña, como
es Málaga, sin la parafernalia propagandística ni el soporte logístico que han
puesto a disposición de los organizadores los gerifaltes de la Generalidad, una
cofradía, una sola cofradía, ha conseguido convocar tanta gente, porque no olvidemos
estas fotos son “solo” de la Plaza de la Constitución, y me consta que todo el
larguísimo recorrido estuvo igual de concurrido, nos debe renacer la esperanza.
A esto, le añado que esas
multitudes de Barcelona, ya las he visto antes. Son las mismas que durante el
franquismo, cuyos todos sus defectos están repitiendo los del Todos
Arrejuntados y Cia., aparecían para cualquier acto que se las requiriera.
Las mismas que abarrotaban la plaza
de Oriente, las mismas que iban a vitorear al General cuando iba a Barcelona, o
las mismas que hicieron colas interminables para darle un último adiós.
Por tanto, las prácticas,
a veces casi mafiosas, para conseguir lavarle el cerebro a mucha gente y manejarla
como títeres, es algo de los que estamos al cabo de la calle y debemos
ejercitar eso tan saludable de pensar por nosotros mismos, sacar nuestras
propias conclusiones de los actos de cada cual, y dejar de adherirnos a las
consignas oficiales, oficialistas u oficiatontas de determinados iluminados,
como el tal señor Más que Menos, del que me acabo de enterar que tiene todo
preparado para jubilarse (cobrando la pension del Estado español, claro), e
irse a Nueva York a vivir con su retoño, y así gastarse la pasta que ha “ahorrado”.
O sea, la lia, y se pira… muy elocuente.
La guerra de cifras
en las que se disparata hasta extremos impensables, en las que los millones de
personas se manejan con alegrías festivaleras, no son de fiar, son casi de
chiste. En la macro manifa hubo mucha gente, esto es indudable, pero en el
resto de Cataluña, en sus casas para escapar de las intimidaciones de los
matones del independentismo, había mucha más, así que mantengamos la esperanza
de que a la hora de la verdad, por mucho que manipulen las cuentas, las
sagradas matemáticas los devuelvan a la realidad e impere la cordura.
Personalmente, y creo
que cómo muchos más de los españoles, estoy hasta el gorro del coñazo que dan
estos independentistas, pero por respeto hacia a esos otros catalanes que se sienten
españoles como yo, hay que aguantar, aunque eso sí, sin admitir que para
hacerles el caldo gordo se les haga una Constitución a su medida… porque lo diga
don Pedro o lo diga don Pablo, que los quieren contentar como hasta ahora, con
dinero. Eso se llama aceptar un chantaje.
De Málaga, ya está
dicho, todo un finde festivo y en paz, lo que es mucho decir en estos tiempos.
Hasta mañana
Pepeprado
P.S.- Es posible que falte a esta cita un par de días, intentaré
que no, pero tengo asuntos personales que atender.
No hay comentarios:
Publicar un comentario