Si hace unos años,
pocos, nos hubieran dicho que la detención de una cúpula de ETA iba a ser sólo
una noticia más en los periódicos, no nos lo habríamos creído. Pero ha pasado.
Detuvieron a dos
pistoleros más y sólo ha puesto de los nervios a los de Bildu y a los de Sortu.
El resto del país ha reaccionado con una cierta frialdad. Es bueno que esta
nueva normalidad se haya instalado en el país.
Entre otras cosas
porque el país está aburrido con el asunto catalán. Hoy pendientes (otros, yo
no), de si don Margallo patina en esa extraña entrevista que va a tener en la
jaula de los leones.
Por cierto que
ayer, el que patinó fue don Mariano. Cuando el entrevistador don Carlos Alsina
le preguntó por la pérdida de nacionalidad de los presuntos independientes, se
mostró dubitativo, sin darse cuenta de qué en la misma pregunta, estaba la
respuesta, ya que esta decía “Pues porque
la ley dice que el ciudadano de origen nacido en España no pierde la
nacionalidad aunque resida en un país extranjero si manifiesta su voluntad de
conservarla”. Y es evidente que los aspirantes a la independencia, lo que no
quieren ni a tiros, es… conservar la nacionalidad española.
Dejemos esto. Lo he
dicho, ya me aburre.
Los sindicatos de
alta clase, no se aclaran ya ni entre ellos. Se ve que el reparto de las
comisiones no ha sido equitativo, porque los mandamases dicen una cosa y sus representantes
en la esquina de arriba dicen otra.
Hablemos de algo
más cercano, de mi Málaga. Ayer decía que ahora van a hablar de la Feria, o más bien del macro botellón en esta nueva Magaluf
del Sur. Algún iluminado o iluminada, dice ahora que hay que “recuperar la antigua Feria del centro”.
Es decir, volver a esa que ellos, los políticos, los de todos los partidos
encabezados por alcaldes y alcaldesas “impetuosos/as, se han cargado a
conciencia. Ya es tarde, para eso habría que tener la mente clara y espíritu honrado.
Hoy mismo habla el periódico
de una ex concejala del PP de Torremolinos,
a la que han imputado por “instar a la
Policía a no multar a terrazas por horario”. Esto es lo que pasa en Málaga.
No hay más que “intentar” pasar o pasear por las calles Granada, Sánchez
Pastor, o Santa María, por la plaza de Uncibay o la de las Flores, para ver que
aquí se permite todo. Qué, lo único importante es tener “buenas relaciones” con
algún mandamás/sa del ayuntamiento, para que no hagan falta permisos ni inspecciones.
Así, se ha ido desmontando aquella ciudad amable que era Málaga
y se ha dejado una ciudad de chiringuitos y tiendas de abalorios turísticos y este paisaje lunar en
el que se eternizan las obras, donde se demolieron acidificas históricos… sin
construir nada en ellos.
Tras vaciar el antiguo palacio del Marqués de la Sonora,
en calle Granada, ahora miran al agujero de la Plaza del Teatro y aparentemente
no saben qué hacer con él. Y esto qué, al menos, al estar vaciados, no se los
pueden regalar a los okupas como la ahora llamada Casa Invisible.
Por cierto que me gustaría saber quién paga la luz, el agua
y el IBI de esta última. No me extrañaría que fuera el mismo ayuntamiento el
que empleara mis impuestos, por ejemplo mi IBI, para pagárselo a estos okupas.
Dicen que ahora “va
a poner en venta los dos últimos palacios”. Seguro que los compra algún
amigo de algún concejal/la o cercano.
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