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jueves, 10 de septiembre de 2015

Lo de siempre

La prensa trae lo de siempre. De fuera la casi única novedad es que siguen peleándose por el chollo de presidente de la FIFA. Ahora el que se postula otra vez, es un principie, Alí. Será difícil que supere las aventuras y desmanes de los dirigentes previos y sus correligionarios.

De por estos lares, los que destacan son los Iglesias. El uno, el de siempre, don PI2, ya desmadra la campaña arrastrándola a la más pura horterada y avisa de qué clase de sexo le va a dar a don Más que Menos. Son tal para cual.

El otro Iglesias, del que hasta ahora no nos habíamos enterado que portaba ese ahora ilustre apellido, es don Francisco Nicolás Gómez Iglesias. Hasta ahora lo conocíamos sólo como el Pequeño Nicolás, pero ahora, se va a presentar al Senado… para suprimirlo. Aparte de esta noble intención, que por cierto, yo comparto, ya que creo que esa Cámara es sólo un cementerio de elefantes bien remunerado, sorprende que se presente como independiente, él, que tantos amigos tiene, se ve obligado a ir sólo. ¡Pobre!

Cómo anda el país, cuando la mayor polémica del día es si don Mariano va a ir a una boda, porque los contrayentes son gay. Que yo sepa esto del matrimonio gay es hasta ahora, legal, así que de invitado puede ir el que quiera, y no debe llamar la atención. ¿O…. es que somos tan progresistas  como decimos?
Lo que sí me ha llamado la atención, es una reflexión de don Domi del Postigo. Habla de “Periodismo de zancadilla”, y habla de que algunos, la mayoría, “no sabe ni escribir, en sentido profesional, claro”. Eso es algo que ya sabemos todos, e incluso sabemos que para estar en prensa, radio o televisión, hay que estar afecto a algún partido, a alguno de los exquisitos. No se les pide a los presuntos periodistas el carné, es bastante con sus acciones para demostrar su adhesión.
Donde esto está ya ha llegado a extremos venezolanos, es en Cataluña, donde ya, hasta a don Borrell lo censuran y no lo dejan hablar en “sus” canales de televisión. Allí al que no marque el paso, ni agua.
Por eso, me ha extrañado esa reflexión del señor Del Postigo. ¿O es que no se había enterado hasta hoy?
Dejémoslo. Estas disquisiciones literario-doctrinales no van a ninguna parte… en este país, antes llamado España.
En Málaga, donde circular con un coche es algo heroico, sí hay sin embargo espacio para algunos camiones que de esos que están a la moda; “Los ´food trucks´ toman la explanada de Martiricos”.
¿Cómo no se iba a sumar esta ciudad a esa locura generalizada que vivimos sobre los cocineros guay? Aquí, donde se les da la coña y se agobia a las criaturas que venden almendras y se las presiona sin misericordia, se le pone alfombra roja a los nuevos gurús del momento.
Si no fuera por la familia, la verdad hace tiempo que me habría largado de aquí. Tanta hipocresía me sobrepasa.
Hasta mañana.

Pepeprado

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