Visto lo visto, lo que pasa en el país y como se desarrollan las cosas, por ejemplo; como se juega con los votos de la gente, esa gente que habiendo votado a un partido ve como sus votos se regalan y terminan en manos de los que apoyan a otra gente, la que asesina a cargos de ese mismo partido que les ha regalado los votos; como los jueces se toman tres años para confirmar una sentencia; como los defraudadores de gran calado están ya en la calle mientras que los errores en la declaración te pueden llevar a una pequeña ruina; como te dicen que es “dificilísimo” controlar las sentencias y su cumplimiento, pero después te demuestran que cualquier fulanito con un ordenador casero controla las ligas de España, Italia, Inglaterra y demás países y saca toda la información al minuto de los dolores de callos de cualquier pelotero del tres al cuarto. Eso, visto esto, es mejor dejarlo e intentar ver como hemos llegado a ello.
La mayor parte de esto viene de una educación sesgada, en manos interesadas, que prefieren promover lo facilón y lo cutre en vez de primar el esfuerzo y la aplicación. Dentro de ello, y como parte fundamental, está la presunta cultura que difunde nuestra television. Bueno, lo de nuestra es un decir, pues hasta en las oficiales estamos en manos de tiburones de la información que colocan lo que quieren colocar para hacer caja rápido y marcharse.
Echando un somero vistazo a lo que hay, vemos por ejemplo una serie de gran éxito, o al menos eso dice la orquesta mediática interesada; “Sin tetas no hay paraíso" se despide de Tele 5 en pleno éxito. Como considero que el cerebro es algo delicado que se te puede estropear con ciertas cosas, desde el principio me he negado a ver una serie con semejante nombre, por eso, por higiene mental (en su tiempo y por las mismas razones me negué a escuchar a unos tipos que se llamaban Los Mojinos Escocíos o cosa así). Por lo visto va de asesinos guapos que gustan mucho y de ciudadanas despelotadas de fácil entrega y encame. La misma cadena nos obsequia con telecutrerías donde se despelleja al personal (tanto vivo como muerto, da igual), y como espacios estrella “de divertimento” nos coloca a la hora de la cena dos series españolas, una donde tres matrimonios encarnan lo peor de la sociedad y la convivencia y otra de una oficina donde no se pega ni clavo y donde el currelo está completamente ausente. Otra cadena, A3, da -o ha dado- una serie, donde el estudio de una asignatura parece que se asimila a la jodienda indiscriminada e interclasista entre alumnos/as y maestros/as sin asomo de rebozo. Como tampoco la he visto, tendré que preguntar como se sacaba la matricula de honor en la asignatura, aunque me lo imagino.
Ojo, no me he parado en Operaciones Triunfo, Tú Vales Para Esto,
Con esto, con esta adocenación mental, con este lavado de cerebro y raspado de ideales, cómo nos va a extrañar que después la calle esté como está. Las cosas que pasan son casi normal. Los jóvenes están poniendo en práctica lo que les estamos vendiendo como el camino adecuado para el éxito.
Hasta mañana. Pepeprado
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