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martes, 8 de abril de 2008

Ya hay culpable

Como ya no interesa, ya se ha despachado el caso Mari Luz. Se despacha como se acostumbra a hacer por estos pagos, se busca un lila que cargue con “todas” las culpas y listo, se entierra el asunto. En este caso, ya hay culpable. Como la cosa era muy gorda, no se han atrevido a cargarle el asunto a la funcionaria de baja, me imagino que porque tendría todos los parte de baja en regla, aquí se ha tirado un pelín más alto, al juez señor Tirado.

Este juez ha metido la pata hasta el corvejón, eso está claro, pero resulta sospechoso la alegría con que por ejemplo, la JA se ha lanzado a la yugular del juez. ¿No será que este asunto les va a venir bien para esa aspiración -antigua e inalcanzada todavía- de nombrar jueces a go gó y a dedo? ¿Será este asunto (desgraciado asunto) el que abra la llave para enchufar a quiénes se quiera enchufar, sin que se vean en el doloroso trance de tener que preparar y aprobar unas oposiciones?

Esta sospecha crece cuando veo a los diarios dóciles empezar a reclamar jueces y juzgados en sitios en los que antes no se reclamaban, bueno es que nunca se reclama nada. Por ejemplo en Málaga, donde, cuando se inauguró la Ciudad de las Leyes todo eran parabienes y loores, ahora, ¡de pronto! nos damos cuenta de que lo que hace falta es personal. No se habla de infraestructura informática, archivos cruzados y listas de peligrosos; “Málaga necesita cinco juzgados penales más para once mil sentencias sin cumplir”. Estupendo, ya tenemos la cosa clara, el problema real se va a arreglar. Va a ayudar a resolver el “problema” de colocar a algunos amigos fieles sin que se note demasiado; lo de arreglar el código, castigar a los malos y demás cosillas, que lo hagan otros, que eso es impopular y aburre a los votantes.

En el mundo, sin que se sepa todavía porqué, siguen los líos con la dichosa antorcha; “Arrancan las protestas en San Francisco ante la llegada de la antorcha olímpica”. Para mi, que esto, lo que está demostrando en primer lugar es el divorcio generalizado entre dirigentes y dirigidos. Los dirigentes dan coba a quien haga falta para que se mueva el dinero, y los dirigidos se cabrean. Lo malo es que parece que después, los dirigentes no emplean demasiado bien ese dinero, ni los dirigidos estamos dispuestos a sacrificar ninguna de nuestras comodidades para defender esos bellos ideales. Compramos productos a bajo precio, tan bajos que casi nos sorprenden, pero no queremos pensar la causa primera de que esos precios sean bajos. Cuando compramos en un chino de los de los veinteduros (soy de los antiguos en mi léxico) nos juramentamos para no saber quien ha elaborado ese producto, ni en que condiciones. Así, en la ignorancia, todos contentos, y con apagarle la antorcha al corredor de turno, ya hemos cumplido.

Para que este mundo se me vuelva un pelín más inhóspito todavía, veo una noticia que me da incluso risa; “Caramelos efecto 'bífidus”.

Ya, hasta el antiguamente sólo “gustoso” acto de chupar un caramelo, ahora se ha convertido en algo con un sentido profundo y determinista. En esta época de chupadas indiscriminadas, las del caramelo ya no pueden serlo de cualquier forma; el objeto a chupar tiene que ser un caramelo con bífidus, ser dietético; energético; regulador; energizante y excretador. A mí particularmente, me gustaban más (y me siguen gustando) cuando solo “estaban buenos”. Lo mismo, con decir esto, me quitan la ciudadanía europea, pero eso de pensar en la flora intestinal cuando te echas un caramelo a la boca me parece casi sacrílego.

Hasta mañana. Pepeprado

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