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sábado, 5 de abril de 2008

Una civilización tranquilizadora

Para ser sábado, las noticias que se me vienen a la vista son tranquilizadoras. Las primeras me retrotraen a mis años aeronáuticos, a por ejemplo, cuando yo tenía que decirle a algún pasajero que le habíamos perdido la maleta. De este asunto tendría para escribir un libro pero siempre he preferido pasarlo al desván del olvido de cosas desagradables. La noticia es;Naomi Campbell sale de la cárcel tras pagar una fianza”, y esto es porque insultó y medio agredió a los empleados de la compañía aérea y después le escupió a los policías, que menos mal que eran de los suyos –ingleses- porque si llegan a ser de otra nacionalidad los embalsama. Esta criaturita es algo violenta, pero no es hija única, yo tuve ejemplos de mala educación –nacionales y extranjeros- como para asustar. Por otro lado, otra noticia dice; Air France, primera compañía aérea que deja hablar por el móvil en pleno vuelo”. Estupendo, la mala educación ha sido elevada a las alturas. Ahora, a todos los inconvenientes de volar hay que añadirle el tener que aguantar al gilivainas de turno contándole presuntas intimidades a su chati a tu misma vera, verita, vera. Se va agravando lo que me dijo un comandante de los míos ya hace muchos años; “Pepe, olvídate, ya la aviación comercial no es ni lo más rápido, ni los más barato ni por supuesto lo más cómodo. El comandante se retiró pronto, porque sabia de lo que hablaba.

El resto de las noticias también tranquilizan alma y espíritu; Encapuchados armados con hachas asaltan una nave y maniatan a un vigilante”, O, “El CGPJ propone expedientar al juez del ´caso Mari Luz´ por falta muy grave de desatención”, todo esto, mientras el ministro de las reformas vecinales despierta; Bermejo se reúne hoy con los sindicatos de Justicia para frenar la huelga”. A buenas horas, mangas verdes.

Todo esto te da que pensar. En un mundo que te venden como civilizado, como lleno de información, de comunicación y de cultura universal, resulta que nos hemos vuelto más borricos que los propios pollinos. A la tres clases de ignorancia que enumeraba el escritor francés La Rochefoucauld (no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse), le añadimos un estrambote más prosaico; parecen importarnos un rábano esas ignorancias y hacemos de ella bandera de progresía.

¿Crisol de culturas?, ¿Alianza de civilizaciones?, ¿Aldea global?... ¡Una leche! Lo que hace falta, es leerse más aquel antiguo librito sobre urbanidad y pensar en respetarnos unos a otros (incluso a los de otros partidos) y mirar cerca, no perder la vista en la lejanía de lo etéreo.

Es sábado, lo dejo. Hasta el lunes.

Pepeprado

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