Anoche, afortunadamente todo discurrió con normalidad. Hoy, por primera vez en treinta y tantos años, no pude ir a poner las flores a mi Esperanza, esperando una visita que nunca llegó. Tras esto y al ser el cumpleaños de mi hijo Álvaro, ando un poco corto de tiempo, pero no tanto como para no poner unas fotos de ayer.
La primera es la de un Cristo en la penumbra, asomándose
Lo dejo para seguir con este Jueves en el que sí reluce el sol.
Hasta mañana.
Pepeprado
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