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miércoles, 31 de marzo de 2010

Tras el martes de dolores

El día de ayer tuvo sus alternativas. El tiempo empezó rarillo, pero se comportó y sólo una pequeña bajada de la temperatura y algunas rachas de viento fueron las que se destacaron de un día bueno.

La cosa iba como una seda hasta que el Rescate tuvo su problema, un solo problema, pero mayúsculo. Al trono de la Virgen de Gracia se le ¿rompieron? once de sus doce varas de palio. No sé exactamente cómo fue la rotura, porque no acostumbro a fiarme de diagnósticos bienintencionados pero apresurados, ya lo estudiaran los expertos, pero la cosa imposibilitaba la continuación del recorrido. Tras un tiempo para buscar soluciones y decidir dar la vuelta, se bajó a la Señora a unas andas y el trono vacío fue empujado hasta el templo.

Hasta aquí la parte negativa, pero para consuelo de sus hermanos mayores y menores, esa vuelta desarbolada se convirtió en algo importante, ya que nunca fueron solos. Arropados por sus fieles, la imagen de la señora de Gracia que parecía ir a pie entre su grey, se erigió en una estampa irrepetible. El encierro, algo apresurado por la falta de seguridad en el arreglo provisional, fue emocionante y lo que le faltó en tiempo lo suplió con dignidad. En este caso, sólo dar la enhorabuena a la Cofradía porque en estos momentos de conflicto es cuando han dado lo mejor de si mismos.

Hoy será otro día. Ya ha comenzado con el traslado de los paracas, pero antes de dejarlo, pongo fotos de ayer, que salvo una de un músico en una vista poco vista para los que están en la calle, el resto son merecidamente del encierro del rescate. Una, de la Virgen entre su gente, otra para que se vea que no estaban solos y finalmente una del trono vacío de imágenes y con sus varas de palio soportadas “a mano” por los hermanos de la Cofradía.

Espero que hoy todo vaya normal, (iba a decir bien, pero me he dado cuento que este incidente no hizo que la cosa fuera mal, fue simplemente triste y complicada, pero en definitiva, fue bien).

Como nota personal, por si mi hija Beatriz lee esto; para su tranquilidad… la imagen (“su” imagen), aparentemente no sufrió ningún daño.

Hasta mañana.

Pepeprado

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