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lunes, 26 de julio de 2010

Vuelta a casa

Ayer se acabó. Finalmente tras una noche del sábado tranquilita y ya con movimientos mediterráneos, vuelta a casa.
La visión de Málaga amaneciendo, con una atmosfera clara, sin ruidos, en total paz, es algo digno de verse con una cierta tranquilidad. Es cuando recuperas ciertos momentos que ya ni recordabas, con ruidos mínimos, luz emocionante y esa paz aun sin tocar. Después ya vienen los ruidos, los follones, los gritos, pero eso ya es la normalidad, lo de todos los días.
Tras esos momentos, taxi y a casa. En esto del taxi una cosa que creo que pocos sabíamos. Para llegar (o dejar) el muelle de cruceros y la estación Marítima, poco más o menos hay que dar la vuelta a España.
Ignoro la importantísima razón por la que el Puerto tiene su puerta principal cerrada (de la del Paseo de la Farola ni hablamos), y para entrar y salir, sólo deja una puerta allá cerca de la Misericordia que cuando te deja pasar te ha casi sacado de la ciudad y eso sí, te ha mostrado todas las parcelas del puerto y todos los contenedores del mundo mundial. Enteramente parece que el interés del Puerto, es no pertenecer a la ciudad y poner inconvenientes para que los viajeros que llegan por mar no tengan la oportunidad de verla. Ellos sabrán, pero ante la visión de otras ciudades en las que su puerto está integrado en ellas, la impresión de este es la de una colonia aislada a la que solo le faltan guardias armados en garitas para dispararle al que venga y se salga del camino marcado. Bueno, ya he visto que tiene una policía propia, van por el camino correcto para crear un soviet privado. Es un muro de Berlín pero con flores para engañar.
Tras pasar el equivalente al Check Point Charlie y llegar por fin a casa, fuimos a la playa a darnos un remojón con calor y buen tiempo, que es lo que está mandado, pero que durante la travesía ha brillado por su ausencia. Estaba tan a gusto que ni me molestaron los peloteros de las palas. Cosas de estar falto de playa.
Pongo un par de fotitos de esas de la llegada, en una de ellas se ve hasta el MR1, donde pienso darme una cuchipanda ya mismo, para recuperar tradiciones. Sólo una aclaración, “cómo la cama de uno no hay nada”. Doy fe.
Por ahora ya hay bastante, voy a intentar re-conectar con la realidad y enterarme que han hecho estos líderes supra nacionales con mi país mientras estuve fuera. Seguro que nada bueno.
Hasta mañana.
Pepeprado

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