Lo juro, hace
solo unos pocos días, concretamente el sábado cuatro de este mes, leí un
pensamiento de Chesterton que se me quedó en el magín. Decía el escritor que, “desde que los hombres no creen en Dios,
no es que no crean en nada, es que creen en cualquier cosa”. Y casualmente
hoy, me he tropezado con una noticia que parece confirmar esto; ya se han puesto
a la venta columbarios en el estadio del Barça y el club proveerá a los aspirantes
a ser colocados allí, de una urnita con el escudo del equipo.
Tela marinera.
Con esto, los no creyentes podrán tener unos finados que variaran de categoría según
temporada. Unas temporadas tendrán categoría de campeones de liga, otros lo serán
de la championchíp y otros lo serán de la copa de anís. Lo malo es que el día que
otro equipo los canée y ¡ay!, si este equipo es el Madrid, a estos (con perdón)
se les removerán sus muertos in situ.
Por mí que cada
cual haga lo que le plazca con sus parientes, pero personalmente no veo que
esas personas que van a ver a sus deudos con una cierta frecuencia, tengan que
acomodar las visitas al calendario futbolero. De todas formas, repito, allá
ellos, aunque deberían aclarar, solo para orientar al personal, sí, como en las
localidades, va a haber huecos de primera, de segunda y palcos VIP.
En realidad estos,
están acostumbrados a menear (en sentido figurado) a sus muertos. De hecho, el
primer presidente que tuvieron y cuyo nombre pusieron al estadio, era suizo y
se llamaba Hans Gamper; después cuando mandaba Franco, y aunque el bueno de don
Hans llevaba muchos años fiambre, para eso de la coba institucional, pasó a llamarse
Juan Gamper, y; ahora, que la cosa pinta independentista y de mirarse el
ombligo, ya el suizo se llama Joan. Habrá que aprender como se dice Juan en
chino por si evoluciona la sociedad mercantil como parece que va.
También hay otra cosa que me ha llamado la atención; la
señora Eva Hache, la Gracita Morales actual, dice que este año en los Goya “no
se hablará de política ni de sociedad”. ¡Qué casualidad! Mira por donde, ahora
que los dueños de la bolsa de las subvenciones son otros, han decidió dedicarse
sólo a lo que se tenían que haber dedicado siempre; a premiarse unos a otros y
dejar al mundo en paz. Estos, que hasta hoy eran los gurús del momento y los
que decidían quienes llevaban razón y quienes tenían que ser lapidados, de pronto
han decidido esto. A ver si se dedican a lo suyo y empiezan a hacer películas
que la gente vaya a verlas.
Junto a esta otra noticia televisiva (a veces me sale la
vena audiovisual); se va a despedir esta temporada el doctor House. A mí, esta
serie me encanta, pero no por la serie en sí, que es otra, más, sin nada
especial, sino porque escucho a sus fans hablar emocionados y me imagino a
estos fans, si alguna vez se tropezaran en la Seguridad Social con un médico
tipo House que los puteara, los insultara, los martirizara y los usara como
conejillos de indias para sus diagnósticos. Este tío, para curar un resfriado
antes te corta un brazo, te abre el cráneo, se mete en tu casa a hurgarlo
todo, y... a alguna gente, esto les parece la leshe de guay. Me gustaría verlos
sufriendo esas cosas en carne propia. Estas cosas que imagino, son las que ponen la sal a la serie cuando la veo.
Por cierto, mi plaza sigue ocupada para los Carnavales.
Cosas.
Hasta mañana.
Pepeprado
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