Esta mañana tras
incrustarme en el cuerpo la tostada de la primera foto, que inserto para que se
vea el generoso canto que exhibía, una última vuelta por Logroño donde descubrí
esos bancos atemperados pu8estos por el Ayuntamiento que se tornan fríos o
calientes según la temperatura del ambienta pero que no aclara que pasa con la
temperatura de los usuarios, porque no es lo mismo que se sienten dos jubiletas
preocupados por su pensión, que una `pareja joven en ebullición perpetua
(aunque me parece que eso ya es antiguo, ahora creo que las parejas no se pre calientan,
se van al lío directamente).
Tras esto, cogimos
el coche alquilado y nos fuimos por las carreteras secundarias hasta Haro,
donde tras tomar café en el Suizo como homenaje a Don José, paseamos y vimos
ese cartel de Álvaro escrito muy a lo de Haro, la coexistencia respetuosa de lo
antiguo y lo moderno y ese juego de tejados que se pisan sin molestarse.
Ahora estamos en
Santo Domingo de la Calzada ,
pero eso ya queda para mañana.
Hasta la vista.
Pepeprado
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