Eso, ¿qué hemos hecho para merecernos esta sociedad? Cada día, todos,
incluidas las marus del mercado, (doy fe, yo soy muy de ir de compras a este)
tenemos que estar pendientes de la prima y el bono, cosa que hace un par de
años ni teníamos ni idea de que existían, ni para que servían. Ahora para estar
mínimamente al día de salud, en vez de ir al médico o al gimnasio hay que ir a consultar
un economista para que te explique las reacciones del mercado y saber en qué
nos va a afectar la crisis de Chipre que ha aparecido hoy en el panorama.
También han irrumpido en nuestra vida, entes como Moodys, o
Standard and Poors, que nadie sabe para qué sirven además de para hacernos la
puñeta con sus augurios. Tiene triste guasa, que cuando un fulanito de estos, sentado
en un sillón en Manhattan dice algo, por supuesto malo, de España, todos
tengamos que ponernos a llorar. Después, el perenganito se va a tomarse un
brunch, cosa que queda muy progre, y a nosotros nos deja con las vergüenzas al aire.
Claro
que hay que reconocer que algo de nuestra parte hemos puesto para que nadie se
fie de nosotros, cuando, como ejemplo paradigmático, el presidente de lo que
debería ser nuestro referente moral, el CPGJ ha demostrado que aquí todos están
a la que se trinca. Cargar los viajes de fin de semana, nombrar a un amiguete
asesor o cosa así, fabricarse fines de semana de miércoles a martes y alegar
haber estado en reuniones donde nadie lo ha visto, puede que para sus colegas
de este tribunal no se merezca ni una investigación, pero moral y fino no
queda.
Dice
una de sus colegas, doña Margarita Robles, que debe dimitir porque “no es capaz
de generar confianza”. Eso es, cómo mínimo una idea destilada por un alambique
mental muy estudiado, para convertir no los vapores en líquidos, sino las
cochinadas en juegos florales. Mejor lo dejamos, definitivamente nos merecemos
lo que tenemos.
Por
cierto, ya los de IU están colocando a destajo a familiares, amigos y allegados
en la Junta. Estos eran los que iban a “sanear” la administración.
Con
todo, la ciudadanía de lo que está hoy pendiente, es de un ciudadano que metió
el pito en una tubería y ha estado a punto de perderlo por gilipuertas; “Los bomberos
evitan amputar un pene atrapado en un tubo”. A este, que lo hagan ministro; con las ideas que
tiene y con lo que usa para pensar, sería muy adecuado.
También
la ciudadanía ha descansado al saber que han pillado al chorizo que birló el
reloj al señor Nadal y recuperado el peluco. Eso sí, sin pararse a pensar si,
con la que está cayendo, es ético fabricar, usar o promocionar relojes de
300.000 euros.
A mí me
preocupa saber qué es lo que van a hacer con el Benítez, ahora que se lo van a
dar, gratis, al Ayuntamiento. Lo más seguro; algunas oficinas con piscina para
que “trabajen” algunos exquisitos.
Hasta mañana.
Pepeprado
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