Tenía pensado echar este
lunes fuera con unas reflexiones sobre mi viaje a la Rioja, a sacar
consecuencias de él, pero la cosa cambia. Ante la cantidad de cosas que han
pasado durante el finde semana la reflexión debe esperar.
Como es natural lo más gordo
del finde ha sido ese rescate o como quieran llamarlo que nos ha caído encima.
Según dicen unos y otros, esto ha sido un préstamo o una línea de crédito, pero
nadie dice para que va a servir la pasta. Si ese dinero sirve para ponerlo en
circulación con créditos asequibles, a movilizar financieramente la calle, y para
ayudar a los pequeños y medianos empresarios y a los autónomos, la cosa
marchará. Ahora bien, si va a servir para que los banqueros sigan a sus
enjuagues financieros, a dedicarse a comprar cosas aras y pagarse a sí mismos
unos sueldos de escándalo y unas jubilaciones de aquelarre, mientras se les
niega el pan y la sal a los clientes y empleados, lo que habremos conseguido es
pasar de mal a muy peor. Eso es lo que tienen que vigilar y dejarse de
chorradas, como por ejemplo decir obviedades como las que ha usado don Joaquin
para iluminarnos; “Llevará aparejado unas
obligaciones', advierte Joaquín Almunia”. Si este es el tipo de oposición
que va a hacer estamos listos.
Siguiendo en la línea
descendente geográficamente, pero ascendente en chorradas, me entero que la
Junta, o más bien los junteros afines, se han dedicado a criticar a la Guardia
Civil por estar metiendo la cuchara en los EREs y en demás guarrerías. Es lo
tradicional, intentar solucionar los problemas matando al mensajero, sin leer
el mensaje. Según estos, los choriceos no son malos, lo malo es que los
picoletos los saquen a la luz. Para que no quede duda, puestos a elegir entre
la fe en los criticadores o los criticados, mi fe, total y absoluta está con
los de la Teleméríca.
En Aquí, ayer fue la
celebración del Corpus. Estuvo la cosa bien, seria, educada y respetuosa y con
importante asistencia de gente, es decir, exactamente lo contrario de lo que
demostraron los presuntos responsables del 15-M, que vinieron justo a esa hora,
y justo durante el tiempo que duró el paso de la celebración, dedicados a dar
la coña a base de cacerolas y cacharros. Según ellos, “aseguran que se concentraron por el rescate de la banca y respetan todas
las creencias”. Andan algo despistados, la única creencia que respetaron
fue la del fútbol. Mientras duró el partido aquí no apareció ningún indignado, lo
que acepto como lógico, igual que lo del animal de compañía, pero curiosamente
para a la hora del paso del Corpus, se acordaron súbitamente de todas sus
preocupaciones. Vistas las cosas así, sólo se les puede decir eso de… ¡anda ya,
papa frita!, ¡a chorrarla! Para conseguir respeto hay que ganárselo.
Por cierto, hablando de la
selección, que ya es menos “la Roja” que antes. Ya dije en su momento que
cuando en aquél europeo, le ganamos a Italia y de penaltis, ya me di por
satisfecho en mis afanes peloterísticos. Vi el de ayer, me pareció un partido
correcto, pero reconozco que don Vicente tiene capacidad de sorprender. España,
tradicionalmente ha ido a estos floreos con un sólo delantero centro y a veces
lo llevábamos lesionado para darle más interés al negocio. Ahora llevamos tres,
pero no los sacamos. Repito, no es crítica, es sorpresa, y a estas alturas la
capacidad de sorprender es algo importante.
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