De dineros y disgustos

Mal está la cosa cuando la gran mayoría de las noticias sólo hablan de dinero. También en esto sale Cataluña y su cortijo, Andorra, en primera plana.

Con las cosas que estamos sabiendo, es natural que en esa parte del país se quejen de que  no hay dinero, ya que hasta doña Montserrat se lo había llevado a Andorra, así que entre clanes y espontáneos de este calado, toda la pasta está escondida allí.

De esto, lo único sorprendente es que en el co-principado quepan tantos billetes, porque dicen (yo no he estado, que conste en acta) que aquello es pequeño. Deben ser particularmente habilidosos.

Ni siquiera la propina que don Montoro ha repartido ha conseguido que nadie esté financieramente contento. Es extraño que todos los que van a recibir pasta, (a ver cómo se “la reparten”), estén disgustados, lo que hace pensar que no andamos demasiado confiados en lo que hacen nuestros presuntos dirigentes.

También de dinero es la noticia de que siete presidentes de Federaciones, entre ellos el ínclito ¿señor? Villar, cobran más que el Presidente del Gobierno, y, ¡ojo!, la solución no es subirle el sueldo al presidente del Gobierno, porque estos caraduras inmediatamente se volverían a subir los suyos, sino bajar a estos de su dorada nube.  

Ya, hablando de política, que no significa que no esté el dinero presente, lo que debería ser sólo una noticia, se ha convertido en notición; ha dimitido la alcaldesa de más dura faz del país, la de Castellón. Para redondear la esperpéntica dimisión, se ha producido por Feísbúk. Todo es un desatino.

La que me encanta es doña Espe, y no me encanta por sus logros políticos, sino porque cada vez que habla, sube el pan y pone de los nervios a propios, impropios y extraños. Tiene la rara habilidad de cortarle la digestión a todo su partido y poner a cavilar a toda la oposición. Una artista, sí señor.

Mientras aquí estamos en estas fruslerías, por ahí fuera están a lo suyo. En Yanquilandia andan a vueltas con Sony, su película y el cabreo del gordito coreano. Lo pasan pipa con estos culebrones, y así se les olvidan los tiroteos y los muertos en supermercados.

Antes mencioné el feisbúk de doña Sonia, pero allende las fronteras también se lo tienen que hacer mirar. Una berenjenilla de 27 años, agredió a su abuela de 72… porque esta “no aceptó su solicitud de amistad”. Manda güevos que diría un presidente de las Cortes patria. Con este carácter, no me extraña que la abuela no quisiera ser su “amiga” en Caralibro.

Me voy, pero reconfortado al ver que al menos hay una empresa en España que es responsable, mira sus productos y cuida a sus clientes; “Mercadona retira sus bolsas de cotillón porque la trompeta no funciona”. Bien hecho, porque si a uno no le funciona la trompeta, el asunto no está bien.

Hasta mañana

Pepeprado