Al final, lo de Sydney ha acabado con muertos.
Al menos, uno de ellos es el asesino yihadista. Algo es algo.
Ahora, otro lio, un fulano que en Filadelfia
se ha cargado a seis a tiros. A ver cuento dura esta racha.
En cuanto a nuestras relaciones exteriores,
andamos liados con el Otro Pequeño Nicolás, el Maduro, que llamó asesino al señor
Aznar. Por cierto, don Josémari ya ha dicho que se va a querellar contra él. No
sé para qué servirá esto, pero si se queda tranquilo, allá él.
Lo que está caliente es el fútbol, o eso que llaman ahora fútbol. Por un lado ya
han encontrado a dos a los que cargarle las culpas de la muerte del otro ultra.
Con esto, seguro se quedan satisfechos cuando ahora, que los periódicos prestan
atención, se está viendo que la violencia viene de lejos, desde los partidos de
infantiles con padres violentos e irresponsables. También ahora, al rebufo de
los líos, andan tras un partido amañado… hace años. Todos sabemos que esto es
cosa de cada año, pero parece que cuando la gente se enchufa en un cargo,
pierde la memoria y el sentido de la realidad.
De
lo gordo, cal y arena. Por un lado van a meter mano de una vez, al caso Gürtel,
cosa que me parece estupenda; esto es la cal. La arena viene de qué, nos “informan”
que los Pujolines ocultaron a Hacienda, que dicen somos todos… (para algunas cosas),
nada menos qué, “12,4 millones de euros
en patrimonio y otros 4,1 en renta”, y siguen todos en la calle tan frescos
y felices. Naturalmente; esto es la arena. Lo pero del asunto, es que la arena
nos está enterrando, mientras que de cal, poca.
Me
he guardado unas líneas para hablar del “profesor guay” de Derecho de la UMA. No
quise hablar de esto en caliente porque cuando me invade la mala leche puedo
decir cosas muy gordas y después me avergüenzo de perder la compostura. Ahora, más
reposado, hablemos. Este ¿señor?, profesor de, no, mejor “en”, la Facultad de Derecho
de Málaga, ha puesto cómo trabajo lectivo a sus alumnos/as, “que se hagan selfies con un cocodrilo,
pintado, recortado, o en la camiseta”. Que lo cuelguen en las redes y si
llegan a nosecuantas entradas, los aprueba; si llegan a nosecuantas y más, les da
sobresaliente, y… ¡atención!, si llegan a muchicientas mil, el profe se
disfraza… Ha llegado la banalización del trabajo a la universidad.
Esto
de los profes guays, profes amiguetes de sus alumnos, que se van de botellón
con ellos, o se disfrazan para general jolgorio, es lo que al final se paga en los
informes Pisa. Llevábamos años arrastrando los resultados de las generaciones
logse, y estas ya han llegado a ser “profes en “la uni”. Aquello del respeto al
profesor, las buenas maneras y las recompensas al trabajo duro y bien hecho,
quedó atrás. Ahora prima ser muy progre, muy modelno de la muerte, y muy “asequible”
a todo. Así nos va.
Lo
peor de todo esto, es que esta iniciativa del profe-amigo, ha sido considerada
tan feliz y ocurrente, que fue flor de televisión por un par de días. En la
tele, sí, pero no en un guarri-programa de los habituales, no. Nada menos que
en los telediarios. Que alguien me explique si esto no es una imagen de país de
pandereta. De asco. (Ahora, ya estoy
preparado para que me digan facha, retrogrado y arcaico, es lo habitual).
En
Málaga, en el Ayto, los coequipiers de don Pedro I del PSOE, están cómo él, sacándose
una ocurrencia diaria de la manga. Ahora dicen que cuando manden, “municipalizarán Limasa y acabará con el
"engorde del beneficio". Estupendo, y los harán funcionarios digitales
hereditarios a todos. Una alegría y una gran solución.
Lo
siguiente, hacer funcionarios municipales a los taxistas.
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