Hoy, tras un finde interesante deberíamos
hablar de que en los madriles la concejala Tania, día de los familiares bajo
sospecha de tener suerte, ha ganado las elecciones en su partido, IU, o qué el
pequeño Nicolás le arreglaba asuntos a un
secretario de estado, o que la directora del Palau de Les Arts de
Valencia se gastaba una pasta gansa en pegarse viajes a cuenta del
contribuyente, e incluso del ambientazo que hay en el centro desde que se
inauguró la iluminación navideña. Pero no, todo ha quedado oscurecido por el “asunto futbol”.
En este asunto, lo primero que llama la
atención es la confirmación de que en España, si quieres que hablen bien de ti,
lo que tienes que hacer es morirte. La víctima, a la que ahora ponen en los
media a la altura de San Juan Bosco o santo similar, era el mandamás de la facción
más violenta de sus violentos. Este
personaje, ahora un angelito del cielo, en una edad a la que se
presupone hay que “echar cabeza”, lo único que echaba era pestes por la boca y
con famita de líder entre los borricos del lugar, así, que lo que le ha pasado
casi entra en los terrenos de la lógica; si juegas con fuego, tienes muchas
probabilidades de quemarte.
Habría que investigar también la ardorosa
presencia de hinchas del Alcorcón y del Sporting en la batalla campal, cosa que
además de sospechosa, es preocupante, porque puede indicar que se está formando
un estado paralelo de violencia pelotera.
Más sobre el asunto. Los presidentes de los
equipos están ahora en el candelabro. Aceptando que tampoco se distinguen por
su clarividencia y sensibilidad, ahora son los muñecos del pimpampum nacional,
pero, precisamente los que más les están disparando, los periodistas deportivos
y las cadenas de radio y televisión, callan sibilinamente sobre sus propias
responsabilidades. Estos que ahora se erigen en jueces y gritan cómo vírgenes
ofendidas, son los primeros que “calientan”
al personal e incendian las redes con sus comentarios ante cada partido de
una mínima rivalidad. Quién dude de esto, no tiene más que ver en tele alguna
de esas mal llamadas tertulias deportivas, que en realidad son gallineros donde
invitados y “moderadores” se enzarzan
a grito pelado defendiendo lo que ellos consideran “dogmas de fe”, y decidiendo sobre el bien y el mal. Acabo de ver
al pasar, a uno de esos líderes de audiencia televisiva, indignadísimo, despotricando contra las medidas del gobierno
ayer, pero calla vergonzosamente sobre la violencia que emana de su propio
programa.
Ahora, vendrá la segunda parte, esa tan
jugosa de buscar culpables, seguramente algún ministro o cosa parecida y punto.
En realidad esto ha sido sólo un reflejo de
nuestra sociedad. Tomemos por ejemplo esta noticia, de los periódicos de hoy; “Un menor retiene y obliga a golpearse a
dos escolares/ Les retuvo durante 5 horas en un descampado, les robó sus pertenencias
y les obligó a desnudarse y a pelearse”. Este “menor”, en realidad está aplicando las cosas que aprende cada día
en pelis, series, videojuegos, e incluso en telediarios, y cómo después, la
inJusticia lo castigará a dos días sin postre, lo próximo que hará será
comprarse un bate de beisbol para hablar
con los amigos.
Estas son las cosas que debemos
reflexionar, y no en elevar a los altares a la víctima, que dedicaba sus
energías a montar peleas con otros cómo él.
También habrá que ver cómo funcionan las
manifas sindicales, ahora que los sindicatos están haciendo méritos para
recuperar clientela y están acelerando.
Con esto ya hay bastante para reflexionar
sobre el asunto.
Hasta mañana.
Pepeprado
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