Los martes son días en los que generalmente,
en política hay poca chicha, pero en el de hoy, quizás sea por la proximidad de
elecciones, las cosas bullen.
Tanto, que hay incluso algo rarísimo; dos
dimisiones voluntarias. Esto, en un país donde los políticos se agarran a un
clavo ardiendo antes de dimitir es, simplemente, sorprendente.
Una, la del ya ex-diputado don Toni Cantó,
ha sido modélica. No está de acuerdo con la línea de su partido; no se siente
respaldado; dimite de su candidatura a la Comunidad Valenciana; entrega su acta
de diputado, y se queda de afiliado raso. No sé si después lo estropeará, pero
hasta ahora, impecable (aunque a los de la Sexta les parezca sospechoso, lo que
en ellos es natural).
Otra, ha sido por un motivo más triste, la del
ex ministro socialista (precisamente de Justicia) don López Aguilar, que ha
pedido la baja en el PSOE tras ser acusado, nada menos, que de violencia de género.
Esto es tan gordo, que lo mejor es esperar a ver en qué termina. Pero al menos,
ha dimitido de algo, y eso va a su favor.
Ante la inmensidad de este hecho, dos dimisiones
en el mismo día, las tribulaciones de don Mariano, que sigue intentando
gobernar un barco que está atormentado sin darse cuenta que gran parte de sus
problemas son otros; el paro, la falta de comunicación y el cáncer arenoso que
se lo come todo. Que se lo haga mirar, pero no por el señor Arriola, que ese
debe ir a lo suyo (hay veces que creo que es de otro partido).
Por la Cortijá, empiezan los nervios.
Empieza el teatrillo con la actuación de los presuntos señores Viera y Ávila,
que actúan como teloneros de las grandes figuras para eso de los EREs. La
pregunta es, si nos podemos fiar que juzguen a los políticos aquellos que les
deben su cargo a esos mismos políticos. Es una pregunta con poca respuesta, así
que mi fe de que de aquí salga algo “importante” en claro, es casi nula.
Mientras tanto, doña Susana, la Jequesa,
anda de cambalacheo para conseguir llevar al huerto a los que le hacen falta
para ser Jefa o Capo di tutti capi.
En Málaga, hay un optimista que se cree que
el Presidente de Telefónica va a estar preocupado porque, “los horrendos cables pueden afear una ciudad en Semana Santa”.
Piden hasta una comisión in situ. Estoy seguro que al Presidente de Telefónica
esto le importa tres leches, y que esta campaña es sólo para salir en los
papeles. Especialmente cuando sobre el problema de los cables de teléfonos,
está el de la red electrica que esa ya, yá, y nadie dice ni pio, por no
molestar. Por favor, seamos serios.
Para
demostrar esto, que estas cosas le importan menos, la Agrupación de Cofradías,
está en otras miras. Está calentando al personal, para colarnos un cambio de
itinerarios, que beneficie a quién tiene que beneficiar; “considera que el actual recorrido oficial de Semana Santa «está
llamado a su fin»”. Más claro, agua… pero no de Lanjarón, mejor la del Aaiún…
por si acaso.
Con
un aviso de cielos nubosos y lluvias para esta semana, que ya importa poco, me
voy a ir, pero sorprendido con una noticia, esta; “Muere aplastado al caerle encima la lápida de su suegra”. ¿Cómo se
llevaría de mal este hombre de Pensilvania, con la madre de la parienta para
que lo persiga hasta después de muerta? Menos mal que esto fue en los USA…
Hasta mañana
Pepeprado
P.S.-Foto del estado actual del Tribunón.
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