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viernes, 17 de abril de 2015

Eso de las eras y las épocas

Qué cada cual mira hacia donde quiere, es cosa sabida, no hay mas que mirar las noticias. Por ejemplo, hoy, se habla mucho que en Colombia el ejercito y las FARC andan otra vez a tiros, pero se habla poco de las niñas secuestradas por Boko Haram, cuando en realidad en ambas, lo que está involucrada es la actuación de grupos mafiosos. Pero claro, interesa más donde haya cercanias al petroleo, qué lo que pase a unas pobres niñas, además son negras, con lo que parece tienen menos derechos a llamar la atencion del “civilizado primer mundo”.

En nuestro país, uno o varios comentaristas, llaman a estos días “el fin de una época”. Llevan razón, pero no por el ratazo, sino por otras causas. Una, que doña Carmen Sevilla ha entrado en un geriátrico. Con esto, se acaba un icono de varias épocas, una mujer que se reinventó varias veces y que ha sido imágen del pais en repetidas ocasiones. Fué hasta representante en Eurovisión, y qué se sepa, la Agencia Tributaria nunca tuvo problemas con ella, lo que hoy por hoy, es todo un récord positivo.

Es también otra época, una donde los cristianos han vuelto a tiempos de Nerón y compañia, y vuelven a ser perseguidos en muchos sitios, hasta el extremo de ser tirados por la borda sin compasión. Incluso en este país, pomposamente llamado civilizado, últimamente está casi mal visto serlo. Para la progresía rampante es, no solo demérito, sino sospecha de antidemocracia. Ya sabemos que la patente de demócrata la conceden sólo unos pocos, ellos, pero casualmente estos más parecen dedócratas y su pensamiento  único, que “todos somos libres de pensar lo que queramos... siempre qué, lo qué queramos coincida con sus deseos-órdenes”. Así nos va.

De lo que todo el mundo habla, del ratazo, lo que más me ha sorprendido es que dicen (ojo, sólo dicen y lo dicen otros, no yo), tenía negocios y cuentas en Swazilandia. La leshe. Hay que ser espabilado para saber que allí se escapa uno de Montorio.

Lo curioso es la fulminante actuación contra este, y la lentitud y comprensión hacia los pujolines y otros, a ninguno de los cuales hemos visto empujados por la cabeza por un  policia. ¿Será que todavía hay clases?
Favorecido por este asunto, ayer el rey Gaspar se difuminó y siguió el guión; echar la culpa a los subordinados. No a todos, sólo a los de carrera, a los digitales los cubre con el manto de su silencio. Siguiendo con esa reordenación de clases, estoy seguro todos estos se escapan sin dejar pelos en la gatera. Estos son para los que hay bula, cómo el Pepiño, doña Maleni, doña Bibi, etc... cuyos desmanes están impunes y lo estarán por los siglos de los siglos.
Tambien pasó desapercibida la actuacion de don García Grande ex coordinador de Seguridad de Madrid, cuando hablaba del asunto de sus manejos con el Nicolasín.
Y no digamos, de la bronca parlamentaria en la Junta, donde el susanísmo ya ha empezado a hacer de las suyas. Va ser una etapa movida, el fin de otra era, la era de la tranquiidad comprada... 

Pongo un par de fotos de mi plaza. Ojo al anuncio divulgador y propangandístico, hecho en un momento muy oportuno y adecuado.
Me voy.

Hasta mañana


Pepeprado

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