¡Oído cocina! Puede que esté cambiando el
cambio. A don Varufakis, el innovador de estrategia negociadora, (insultar al
director del banco como un trapo, poner a dicho banco a caer de un burro, y a
continuación pedirle el crédito), lo han arrinconado. Don Tsipras, el que sabe de
verdad, que están a la cuarta pregunta, lo sustituye por el señor Euclid Tsakalotos. Al menos, este, tiene nombre de
matemático que entiende de loterías. A ver si le va mejor con el Eurogrupo.
Suerte don Euclides.
Será casualidad, pero el exquisito señor don Monedero, anda diciendo, está casi seguro no se va a presentar para
diputado. Se queja que los medios “lo han
masacrado” (¿los mismos medios que lo encumbraron?). Suena más bien a eso
de las barbas del vecino y el remojo.
Una muestra de cordura la han dado seis miembros del centro que
da el premio PEN de Literatura. Se lo querían dar a Charlie Hebdo, pero estos
seis se niegan a participar, porque esta revista, según ellos (y yo), “representa intolerancia cultural y una
especie de visión secular obligada”. El hecho de qué, otros más bestias de
lo normal los hayan atacado, no es motivo para darles diploma de buenas
intenciones culturales. Son intransigentes. Su norma; para ser “aceptable” hay que ser lo que ellos
digan. Yo, con eso, no trago.
Tampoco trago con que sólo se hable del “pobrecito menor” que mató a varios a ballestazos, se le arrope, se
le de cariño, y mientras, a los profesores muertos se los entierre en un
vergonzante silencio. Puede que el “angelito”
esté enfermito, pero los otros están muertos… sin haber hecho nada malo. A cada
cual lo suyo.
En el entretanto, doña Susana ya está exultante. Ella sabrá el
motivo, aunque es fácil sospecharlo; ya tiene “en firme”, el apoyo de los
amigos de don Monedero. Que hoy vaya a declarar ante doña Mercedes, el señor
don Manuel Gómez Martínez, ex interventor de la Junta, y que este, vaya a dejar
fuera de juego a sus predecesores, señores
Chaves y Griñán, se la trae al pairo. Ya lo arreglará ella cuando vuelva
a coger el mando.
Además, en este país, penalmente es más culpable el tío de 67
años, al que detuvieron en Ciudad Real, “por
arrastrar un burro con un camión” que matar maestros a tiros o virotazos.
Que el burro (el de cuatro patas) lo fuera en grado extremo y se negara a
andar, da lo mismo. Lo importante es… hacer justicia… en estos casos. En otros
no.
Este tipo de sociedad, es lo que ha hecho que un partido de Segunda
Andaluza ¡alevín!, es decir de niños de entre 10 y 11 años, termine como
batalla campal. Es lo que pasó en nuestra provincia entre los equipos de Tiro
Pichón y el Lauro de Alhaurin. El entrenador del Lauro denuncia recibió una
paliza. La árbitro del encuentro relata los hechos cómo una película del Oeste;
una lucha tabernaria en la que intervienen padres, entrenadores y otros
agregados culturales presentes. Esto, en parte, deviene de la urgencia de algunos
papás en convertir a sus nenes en maquinas de hacer dinero que los quite a
ellos de trabajar. Los que antes metían a la rápida para salir de sus apuros,
ahora meten a sus niños a futbolistas y los presionan para ser ídolos al estilo
plegonero. Es lo que hemos creado.
Nuestro ayuntamiento anda dándoles vueltas a su “capricho”; el Soho. Ahora
recibe otra idea genial, esta del señor Zorrilla de IU, que quiere; “crear un cinturón verde con el patrimonio
natural”. De los ciudadanos nadie se acuerda o preocupa.
Me voy, antes recordar que esta política
tan social, da resultados; “El Santander
gana 1.717 millones, un 32% más, apoyado en sus ingresos”
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