De todas las
que he visto hoy, la noticia más interesante es que los cerdos van a “fabricar”
en su interior órganos humanos. La verdad,
no me parece una novedad, ya veo a mucha gente que parece que tienen
mucho de estos animales.
Puede que
eso influya en esta nueva España, donde qué, un partido de ámbito nacional y
que la ha representado desde el poder, haya enarbolado una bandera nacional,
sea motivo para ser noticia de primera página y titular en emisoras de radio y televisión.
Esto de la
bandera, que debe ser lo más natural del mundo, pues es sólo un símbolo de
unidad entre todos, lo han convertido en una controversia y a algunos les dan
ardores de estomago, aunque eso sí, están dispuestos a abrazar con toda su alma
otras foráneas o de nuevo cuño. Que se lo hagan mirar, que esto no da urticaria
y no tiene mayor importancia. Otros países, bueno, “todos” los otros países mantienen
las suyas sin mayor embarazo, pero aquí, para algunos, es un mal trago sólo
verla.
Esta nueva
España se está acomodando. Para empezar se están dando los pasos para que valga
todo y esa pequeñez de matar, secuestrar y cualquier tontearía de esas (siempre
que se hagan en nombre de “un ideal”) sean válidos. Por eso, ya al tal Otegui
lo van a dejar que se presente a lo que quiera. Y se están dando pasos para que
algunas actuaciones de grupos que antes eran llamados violentos y hoy se los
llama señorías, caigan en el olvido y puedan cobrar sus nominas oficiales.
Para que
esto de un país nuevo se note, la alcaldesa de Madrid va a hacer referéndums para
todo, mientras a las actuaciones de su consorte ya las presentan en los medios
con una mirada más “comprensiva”. Esta señora debería tener en cuenta que si se
eligen rectores de la situación, es para que tomen decisiones. Eso de los referéndums
debe ser algo excepcional, no para el día a día.
También
podría explicar si va a hacer un referéndum para saber si las actitudes y las
aptitudes de algunos de sus concejales gusta a la ciudadanía. Ese nunca se va a
hacer, para eso, sí decide ella.
Parte de esa
nueva España es esta vieja Andalucía, donde ahora, lo que priva, es esa extraña
nueva relación entre el conocimiento y el poder. Aquí y ahora, lo ilógico es la
normalidad. Gente que no ha pisado nunca un aula, o que nunca jamás han currado
en nada distinto de la política, recurran a rectores de universidad para que les
hagan la ola. Naturalmente, habrá que mirar qué virtudes tienen esos rectores y
rectoras, para haber sido agraciados con el plácet susanísta.
En la abandonada
UMA, siguen las dudas sobre cómo se gastaba la pasta, pero esas cosas no
bastan, lo importante ha sido la labor de zapa contra el gobierno de la nación,
eso ha valido más que las bajísimas calificaciones internacionales o, los extraños
criterios para las becas, o el desbarajuste de algunas situaciones. Ese es el
principal mérito, llevarle la contraria a don Wert puntúa más que cualquier otra
consideración.
Dado este nuevo “talante”,
ya es posible que entren en la Junta hasta, por ejemplo, el señor Del Nido, a
quién ya se le admite el pago a plazos de sus deudas por los fraudes.
Si hace falta, se
crea una Consejería más, esa es la nueva forma de austeridad.
¿Y en Málaga?
Bien, pensando en inauguraciones de bares, ferias gastronómicas y norias gigantes.
Eso, a lo importante.
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