Se paró

Ayer podía haber sido un día normal, podíamos haber estado pendientes de si la troika conseguía domesticar a Grecia, de si el gloriosos triunfo de un restaurante nos elevaba al parnaso de la inmortalidad, o incluso, de si las andanzas de doña Tania al pasar por los juzgados la equiparan ya, formalmente, a la Casta.

Podíamos incluso haber estado pendientes de los datos del paro, que hoy, cuando han salido dicen han sido buenos…

Pero no, el mundo mundial se paró, la actualidad se vio oscurecida, las crisis se amortiguaron y los muertos desaparecieron de los noticieros.

¿Por qué? Por la noticia más impactante de los últimos decenios; “¡la Pantoja salía de la cárcel!”.

Esto, que una delincuente juzgada y condenada salga de permiso carcelario, es algo que debe ser normal, pero en este caso, se convirtió el eso que se llama acontecimiento nacional. Señores, señoras y señoritas que han empleado al menos cuatro años de su vida para sacar la carrera de periodismo, y han consumido sus vidas con la cebolleta en la mal en interminables guardias a cambio de sueldos míseros, buscaban eso que modernamente se llama un “scoop” periodístico, un bombazo informativo que los lanzara a ellos al estrellato… saber si la flamenca llevaba sus gafas o no, o si salía de rojo o con bata de cola.

Las cadenas de televisión, destacando entre estas las nacionales, TV1, o las autonómicas RTVA, que se suponen debían ser más ecuánimes, dejaron la retransmisión de la llegada del hombre a la Luna en mantillas. La espectacular salida de una delincuente, jaleada por sus fans y asediada por la prensa, fue el pelotazo del día, de todo el día.

Viendo estos fastos informativos, te das cuenta del porque este país está perdido. Te ayuda a comprender que los nuevos amos del país tengan como objetivo prioritario desdeñar a la corbata y se olviden de los ciudadanos, que se pongan de perfil con respecto al lio de los pitos al himno y sólo busquen su poltrona. Te ayuda también a prepararte para el desembarco de cualquier hortera que tenga un lejanísimo parentesco o cercanía con la estafadora, en múltiples programas de televisión para explicar con qué mano se comió los garbanzos en su casa esta presunta señora.

En fin, te hace recapacitar sobre las mínimas posibilidades de arreglo que tiene este país. Si esta horterada es lo que más importa aun país con varios millones de parados, estamos listos.

Para redondear, hoy, día en que siguen muriendo niños y adultos en el mundo en general y en el Mediterráneos en particular, una noticia “sanitaria” es también foco de interés; “Enrique Iglesias va a ser sometido a una “cirugía reconstructiva” porque se lastimó la manita”.

Mi fe en esta civilización mengua día a día, pero lo hace a pasos agigantados. Hay que seguir viviendo a pesar de todo, pero, ¿qué mundo le vamos a dejar a nuestros nietos y nietas? No quiero ni pensarlo.

Hasta mañana

Pepeprado