Dejemos aparte los líos de por ahí, e incluso los perjuicios que sigue causando
aquí, la gilitontéz de unos padres qué, por no vacunar a su nene, aparte de
tenerlo todavía en la UCI, tienen a toda
la provincia en vilo.
Dejemos en el olvido el porqué
algunas cuestiones nunca salen en los media. Será que seguramente es mejor no
molestar a los amigos.
Lo que es llamativo es esa gran pregunta; ¿Para qué?
Para qué nos llaman a votar los
partidos, para qué nos castigan con falsos programas, para qué nos cobran
impuestos, parta qué…
Nos atosigan durante meses con
promesas, con buenos deseos, con visiones idílicas de nuestro futuro, y tras
las elecciones, inmediatamente se dedican a cambiar cromos para conseguir enchufar
a “los suyos”.
Tras unas campañas en las que todos
se han puesto a parir, ahora, todos sin excepción, están vendiéndose mutuamente
la moto y la imagen de qué, en realidad, se quieren.
Hasta ahora, lo único claro es que
IU navega por los espacios siderales y que ya hay dos PSOEs; el de siempre y el
del Susanísmo rampante.
La jequesa de Andalucía, ha llevado
al huerto, o al menos eso cree ella, a los de Ciudadanos, qué, aunque en Madrid
van a investir a doña Cifuentes, aquí, va a investir para que pueda embestir, a
doña Susana.
A esta, por lo visto el único que le
ha dicho la verdad ha sido el del PP, que le ha “sugerido” a don Pedro, presunto
jefe de su partido presuntamente contrincante, que cambie de caballo, perdón de
yegua, si quiere que la carrera llegue a buen fin.
Pero no, ella sigue a los suyo. Realmente
le va bien, porque mientras amenaza con nuevas elecciones, cosa qué, por cierto,
no le corresponde a ella, sigue mandado que es lo que le gusta. Según sus
cuentas, si convoca quien las tenga que convocar, ella seguirá en la poltrona,
como mínimo, hasta finales de Septiembre. Hasta entonces le da tiempo a cortar
otras pocas cabezas políticas. Al parecer tiene previsto seguir mandando hasta
que pueda dejar de heredero de la presidencia a su retoño aún nonato. Y nosotros,
a lo nuestro, a sufrir.
En Málaga, más de lo mismo, olvido
de los medios ante lo que les pueda quitar, como mínimo, invitaciones a
recepciones y saraos, y políticos y
asimilados qué, ante la posible pérdida de enchufes, se están apresurando a
colocar a sus amiguetes. Lo sorprendente es que después, dicen no entender
porqué pierden votos. Que se lo hagan
mirar.
Muestras el país anda entretenido
viendo las últimas horteradas de don Piqué, al que cada vez que se pone piripi
le sale el trauma y la fijación que tiene con el equipo contrario.
Aunque el chiste bueno, es que tras
la debacle de la FIFA, una de esas noticias de los que los medios hablan poco, ahora
para salvarla, y como muestra de honradez y seriedad, se postula para vicepresidente
nada menos que Maradona, una de las narices más castigadas del orbe. Una pregunta,
¿para esto también hay que hacer controles antidoping?
Vociferan cómo damas violadas, que don “Platina arregló 167 partidos”, pero nadie se pregunta por los muy sospechosos resultados
de nuestra Liga del último mes, más concretamente de la última semana. Así,
cegados, no vamos a ninguna parte.
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