Ayer tarde, cuando volví me enteré de las cosillas que habían pasado. Dejando aparte que un avispado empleado de Telefónica, dejó sin luz parte de calle Larios, la Plaza y calle Santa María (es decir el Central y mi casa) durante casi todo el lunes, parece que alguien se dejó abierto el grifo de “la caló” y los días han estado calentitos.
Bueno, por ahí fuera también ha estado el ambiente ardoroso, pero como esto ya lo esperaba, dado lo peligrosa que es siempre la vida del turista, lo he combatido con mucha Cruzcampo fresquita y Gts nocturnos y la cosa se ha solucionado con decoro.
Incluida en el tour ha estado la recolección de algunas imágenes para mis colecciones particulares; la del Museo de los Herrores (es así, horrores de errores) y las de Carcelería Fina. Os hago copartícipes de estas muestras del saber híspaníco actual.
Una de las imágenes es la del Laureado General Varela y su acompañamiento palomero. Hay que ver, y es lo que me llamó la atención, en lo que ha quedado este General que era famoso por su pulcritud y aseo. Es una imagen de la España actual, donde lo cochino sale en la tele.
Para contraponerse a esto, hay otra de principios del XX donde se honra a un ilustre matemático de méritos “sobradamente conocidos”, es decir, lo mismito que ahora… Estas dos son de San Fernando.
Ya en el Puerto, una nota romántica, el nombre de mi antiguo Colegio, ahora en un colegio público de esta ciudad, con la nota adjunta de que hay que seguir las normas.
Más, una demostración palmaria y a ras de pueblo, de la efectividad de eso que se llama el “divorcio exprés”. Parece que por aquí, en menos de dos meses está la cosa solucionada. Después queda el problema de vender la cama, pero eso es otra cosa que posiblemente se subvencionará ya mismo.
Para finalizar, una pared, muestra del mejor arte literario y expresión de la cultura patria. Es en estos muros donde se derrama la sabiduría popular. Cuando se han llenado varios muretes de esto, se está ya en condiciones de presentarse a castings e ir a tertulias televisivas. Es particularmente emocionante lo del “navo”, primorosa muestra de la evolución del lenguaje.
Lo dejo, para ser el primer día de la vuelta, no quiero cansar y cansarme. Un hombre es un cristal.
Hasta mañana.
Pepeprado
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