Este año sigue tan raro como empezó. Llueve como si fuéramos de más arriba, cosa que creo que ninguno de los de aquí queremos ser, o al menos así creo yo.
Por ahí fuera todo anda mangas por hombro. Por si no fuera bastante con las andanzas del cacique del turbante y sus desafueros mortales, ahora, uno de los países más serios y formalitos del mundo, Japón, anda metido en un lío total.
Lo malo es que este lío ya ha sido exportado por mor de los problemas de sus centrales nucleares. Si después de todo lo que les está cayendo encima, estas, no se les han ido directamente al garete, es que son muy buenos y que lo de las centrales está, en términos generales, bien controlado. Eso claro no es óbice para que los antinucleares ya anden dando la vara para conseguir que volvamos a las hogueras para calentarnos.
Por aquí, es triste, tristísimo, pero parece que lo más importante es que se ha estrenado otra ordinariez de eso llamado Torrente. Sólo vi una parte de la primera y ya quedé vacunado. Con estas cosas pasa como con las enfermedades contagiosas; no se puede ni rozar la fuente de los problemas, ni acercarse a los infectados.
Si esta es la película que va a salvarle las cifras al cine español (ya se habla de taquilla histórica), estamos arreglados. Es una de las explicaciones del porqué de los fracasos escolares, de las matanzas matrimoniales, y de la radiografia triste del país. Una sarta de miserias, trufada de personajillos impresentables y de dudosa moralidad es la imagen de España; así nos va.
Por Málaga, salen noticias también esperpénticas. Ayer me sorprendí viendo los follones que se han montado en Alhaurín, con unas inundaciones que me entero que son reiterativas. Lo que nadie parece explicar es que fue primero, si el huevo o la gallina, es decir, la presa o las casas en su cuenca cercana. Tampoco aclara nadie si las casas inundadas tienen algún tipo de permiso de edificación o si simplemente allí cada cual hizo lo que le dio la gana. Angustiosamente habrá que esperar a que haya muertos para aclarar estas cosas.
En la capital, ya se está en campaña electoral y nos dan esta hermosa noticia, en la que es llamativa la pequeña aclaración previa, hecha en letra pequeña “salvo en Sevilla”; “Salvo Sevilla/ La Diputación de Málaga dobla en asesores al resto de las de Andalucía”. Si alguna vez entrara algún partido o grupo con ganas de aclarar de verdad para qué sirven tantos asesores, nos íbamos a caer de espaldas. Lo primero que se me ocurre es que si hacen falta tantos asesores es porque los diputados titulares no tiene ni pajolera idea de nada y necesitan que el trabajo se lo hagan otros; ellos sólo saben cobrar… empezando por su Presidente que lo único notable por lo que se le está recordando, ha sido por contestarle a Mourinho, (loable empresa, voto a bríos).
La otra llamada a mi atención, es que la UMA ha demandado a una empresa por no pagarle a un estudiante los 429 euros de su trabajo cómo empleado en prácticas.
Esto de los contratos en prácticas, los becarios, etc.… ha sido y es, una de las grandes sinecuras que se ha montado para que algunas empresas (entre las que son las que más, los periódicos), expresamente elegidas, tengan a gente currando por una miseria. Triste, también triste, a eso antes se le llamaba explotación.
Hasta mañana.
Pepeprado
No hay comentarios:
Publicar un comentario