Un día más y ya le estoy cogiendo el tranquillo a esto de entenderse con los turcos. La cosa es facilona, ellos van a su bola y tu te las buscas cómo puedes. Si eres espabilado y le echas arte a la vida diaria, la cosa no tiene problemas. Eso sí, explicarse se explican como les sale del turbante, pero aparte de eso, son ambles y se puede estar a gusto.
Estoy a media tarde y todavía quiero echar una última escapada por la ciudad así que mañana nos veremos.
Dos imágenes; Una de un tranvía, que por cierto funciona magníficamente y es un encanto y otra especialmente dedicada a mi amigo Villi, por si me lee, para que vea que me acuerdo de “sus cosas”.
Hasta mañana.
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