Es un día raro, porque es un casi todo, que no es nada por sí mismo; ni
es de los inocentes, ni es navidad, ni es fin de año. Es por tanto un día que
puede oscilar de lo gilipuertas a lo tranquilo y reposado. Me quedo con esto último
y lo aprovecharé para pensar, cosa que a veces no te dejan hacer.
Parte de lo malo de estos días, y quizás por eso las navidades me dan
un cierto yúyu, es que todos los medios y las familias se ponen a hacer cuentas
y balances. Naturalmente lo primero desagradable de las cuentas, es que te
faltan muchos familiares y amigos a lista. Lo de los balances económicos es más
flexible y últimamente depende bastante de qué puesto oficial has conseguido o
de quien es tu suegro. Yo como nunca he tenido (ni he aspirado a) puesto
oficial, ni la economía de mi suegro me puede ya ayudar (cuando estaba aquí, su
ayuda era ser ejemplo de honrado y respetable, nada más y nada menos), sólo me
sale un balance honesto. No tengo como don Amancio para comprarme un
rascacielos, pero sí lo bastante como para conformarme. Desgraciadamente hay
muchas criaturas pasándolo mal como para quejarse, así que mejor dejarlo e
intentar seguir haciendo camino al andar.
Lo que sí me deja algo tocado,
es constatar en qué mundo vivimos, que gente nos dirige y que sociedad hemos
hecho. Saber que hemos estado todo este año pasado rodeados por gente de mal
vivir y aviesas intenciones, a los que nosotros mismos habíamos aupado a
puestos de privilegio que después usaron para esquilmarnos y sacarnos las
tripas, da cierta desazón. A los que han entrado a mandar, les voy a conceder
el beneficio de la duda, especialmente por la herencia que han recibido. De
estos una cosa tengo clara, no van a meter mano en la caja, no porque sean más
buenos que el pan, sino porque en la caja no han dejado ni un duro; se lo han
llevado todo. Todo lo pasado, ha tenido una consecuencia funesta, fabricar una
sociedad donde lo que ha primado ha sido las ambiciones de poder y dinero, donde
la justicia ha brillado por su ausencia, donde eso del poder del pueblo se ha
quedado en el pozo del olvido, en fin, donde hemos hecho todo lo contrario a progresar.
Demostrado lo que decía al
principio; hacer balance es una leche. Todo te sale fatal y cuanto más te
adentras en la reflexión, peor te va, especialmente si luego escuchas a gente
que sigue defendiendo a impresentables y que pone presuntas ideologías por
encima de consideraciones morales y reflexiones prácticas. Hay mucho borrego
neo progre que tira de eslóganes mientras come jamón y se las da de somelier de
toda la vida. Allá ellos.
El balance particular de este
blog es también curiosón. No he conseguido llegar al número redondo de
visitantes que esperaba, me han faltado unas decenas (habría sido bonito
redondear), pero he conseguido una marca respetable en otro aspecto; tener amigos
lectores asiduos que me aprecian pero que seguramente tienen los dedos
escayolados; no han puesto un solo comentario en todo el año para ayudarme a
mejorar. Bueno, rectifico, cuando estaba en las islas, este verano, mi hermano
me puso un comentario y cómo de esto anda regulín, le dio varias veces a todas
las teclas y me salió el mismo comentario muchas veces. A ver cómo va este año
que viene. Lo pone al lado, no pido que nadie se hernie, pero un detallito de
cuando en cuando sería de agradecer.
Me voy con Clarita.
Hasta mañana.
Pepeprado
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