Ya estamos en 2012. El difícil 2011 ya se ha acabado, y este nos trae
una nueva etapa, que para que se nos haga más larga es, incluso, bisiesta, es
decir nos va a durar un día más. Puede ser un día más para pasarlo bien, para sufrir,
o simplemente un día más para arreglar las cosas.
Si este año nos trae justicia y solidaridad, bienvenido sea; si todo va
a seguir como hasta ahora y los chorizos siguen en la calle y las buenas
personas pasándolo mal, que Dios nos pille confesados.
Hoy solo escribo para mantener la tradición. Es día extrañamente
feriado y he observado que a mis amigos, los que me leen, estos días tampoco
tienen mucho tiempo para hacerlo, así que no me echaran de menos.
De la Nochevieja, poco que hablar, sólo que en algunas televisiones la
inmoralidad sigue hasta en estos eventos especiales, porque, qué alguien me explique cómo convencer a los jóvenes
(y a las jóvenas) con aspiraciones, para que estudien Ciencias de la Comunicación,
hagan Másteres de Locución, de Comunicación No Verbal, y cosas así, si cuando
llegan estas oportunidades, lo que prima es haberse acostado con alguien, ser
Hijísimo, o haberse llevado calentitas las bolsas de basura… “especiales”.
Sí, a los que estudian los maltratamos desde antes de que se decidan a
matricularse, lo llevamos fatal. Entre flamencas asilvestradas, niñas, sobrinas
y excedentes de los sucesivos Grandes Hermanos, está cubierto casi el 90 por
ciento del cupo de presentadores festivaleros, para los profesionales queda
poco. E incluso entre estos, también prima la nota carnal, ya que hoy por hoy, por
ejemplo, los programas de deportes son más, desfiles de modelos femeninos que
espacios dedicados a la presentación y crítica de eventos deportivos. La cosa
ya andaba por estos andurriales, pero cuando TeleCutreCinco ascendió a Jefa de Sección
de Deportes a una señorita por haberse “ennoviado” con pelotero famoso, se
terminó de abrir la veda y de mirar los currícula de estudios y saberes de los
periodistas. Desde ese momento, lo más importante pasó a ser ofrecer carne, y
si hay intercambio con los protagonistas del Olimpo patrio, ya ni te cuento.
Así, que la noche estuvo, simplemente cómo estaba prevista, con los de
la Ceja que daban su último chupetón a la teta antes de desalojar y se colaban
con contratos firmaditos antes de la debacle y algún que otro espontaneo entre
medias. Todo normal.
El día uno, como siempre, tranquilidad y rescoldos de algunas borracheras
en las calles, en las que por cierto mi felicitación al Ayuntamiento (no todo
es crítica) que llevó a cabo una apresurada limpieza muy efectiva y dejó las
calles transitables antes que otros años.
Hoy, eso, día pseudofestivo con tiendas abiertas y despiste generalizado.
Yo me voy, me lo tomo con calma; ya mañana será otro día más.
Hasta mañana.
Pepeprado
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