Digo desajustes
por no decir lo que pienso en realidad, que es bastante más gordo y más fuerte.
Me refiero a un titular
en el que me dicen que el Consejo de administración de Banesto ganó un 14,2%
más este año y que su consejero delegado se embolsó la boinita cantidad de 2,15
millones de euros de los de verdad, no de esos de billetes de 5 que usamos la
gente normal. Con esto, este probo currante, ha tenido una subida de un 30%, es
decir igualito, igualito que los currantes de a pie.
Que esto pase en
un país y en un momento, en que a los licenciados se los contrata por 200 o 300
euros al mes, no se los asegura porque “así serian muy caros” (dicho en un
telediario por una licenciada de periodismo) y a los aspirantes a cualquier
puesto de esos con salario basura se les exigen 3 o 4 carreras superiores, es,
como mínimo, de juzgado de guardia. No sé, ni quiero saberlas, las virtudes que
atesorará este ciudadano, pero la verdad no creo que haya nadie que se merezca
ese salario, y mucho menos que se lo den sin mancharse las manos, aunque a lo
mejor en esto me equivoco y las tiene manchadas con la sangre y el sudor de los
demás.
Dentro de todas
esas medidas que se están tomando y dicen que se van a tomar para arreglar el
país, esto de los mega salarios para los enchufados es de las primeras cosas
que habría que mirar, porque si Banesto hubiera dado esos 2,15 millones en préstamos
de supervivencia o hubiera cobrado menos comisiones y menos impuestos
revolucionarios por servicios de humo, a lo mejor el país iba un pelín mejor.
Si a la pasta que
chupan entre unos pocos, les sumamos las que otros listos se han merendado así por
las buenas, como por ejemplo en esos EREs andaluces que van a pasar a la historia
más negra del país (ya han imputado a otro director general, al de ahora mismo)
y los millones que se llevan sindicatos, patronales y partidos (no hablemos de
los gastos de las autonomías) es bastante posible que ahora estuviéramos nadando
en la abundancia.
Claro que hay que
reconocer que parte de estos chanchullos están respaldados por una gran masa de
gente que se vende por poco, por ejemplo por unas subvenciones mínimas o por
unas oportunidades de lucimiento espureas y que ha cambio, están dispuestos a
tragarse lo que le echen. Así no va a haber forma de que esto salga adelante. Mientras
la ciudadanía esté más preocupada por salvar al juez ese que le pedía pasta a
los que tenía que juzgar y por los problemas de un pelotero con mal genio, o
una hortera televisiva con poca educación y mucha lengua, esto seguirá igual.
Me voy, pero he
visto que ha salido a la palestra otra noticia de esas despampanantes, de las que
van a focalizar el interés nacional; “Dudan
del análisis que dijo que 'Pepe el Trompeta' no es un Larios”. Impresionante.
Esto va a colapsar (aún más) los juzgados y los telediarios y así, se nos va a
olvidar el palo de la próxima declaración de la renta.
Antes de irme,
aclarar que a mí y a mi amigo K0, la música de Pepe el Trompeta nos encantaba…,
sea no sea marqués. Cosas…
Hasta mañana.
Pepeprado
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