Esta tarde vienen los Reyes, los de siempre. Vienen cuando los regalos del
Gordo de Colorado ya se han casi olvidado y cuando ya algunos y algunas están pensando
que se les acaban las vacaciones y hay que volver al tajo. Lo siento, pero
alguien tiene que currar en este país.
Al mirar en el Myrga que me he comprado este año para volver a mis orígenes,
dirijo mi mirada al pensamiento que cada día trae en su parte de abajo y parece
mentira, es de Don Bertrand Russell y enteramente me da en la nariz que este
hombre, que era uno de esos ingleses que sabían de todo (era filosofo, matemático,
escritor, noble, etc.), talmente hubiera nacido en alguna de nuestra Comunidades
Autónomas o, por qué no decirlo, en el mismísimo León.
El pensamiento es este;
“Gran parte de las dificultades por las que
atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y
los inteligentes llenos de dudas”.
¡Toma ya! Teniendo en cuenta que don Bertrand la palmó en febrero de 1970, eso sí con 97 tacos, me da la impresión de que tenía una bola
de cristal y veía el futuro, el nuestro. A lo mejor por eso se murió. Intentó
avisarnos con estos pensamientos, pero como somos tan listos, no le hicimos ni puñetero
caso y así nos va.
En fin, dejemos
estas elucubraciones y pensemos en el futuro. Para este futuro que se nos avecina,
propongo un ejercicio festivo-matemático; hacer un estudio a ver cuál de estos
dos estamentos, los futbolistas o los cineastas, se reparten más premios este
año. Como es de rigor, con sus galas a todo plan incluidas, que lo importante es
gastar pasta, naturalmente subvencionada, para repartirse medallas. Galas en
las que también naturalmente, se lucen unos atavíos de horror, naturalmente cuanto más
guarrindongos mejor, para presumir de modernidad y progresía.
A estas alturas
de la película, por ejemplo, todo el artista, o presunto artista, de cine que
al llegar a los treinta tacos, no tenga en su casa una media docena de Goyas,
es que no es nadie (o no es del Partido). Por su parte, el pelotero que no
tenga una bota de oro, de plata o de hormigón, también es para que vaya
pensando en dedicarse a la cría del calamar.
Veremos si eso
que se está hablando de la austeridad y apretarse el cinturón, también llega a
las galas y súpergalas donde se reparten besos y estatuillas de todo jaez, pagadas
con dinero público.
Bueno con estas
reflexiones tan profundas, y esperando que alguien me comunique que va a hacer esa
estadística, voy a dejar esto por hoy. Me ha dicho un pajarito (realmente una
pajarita, mi Maru), que esta mañana Clarita se viene para coger sitio para la
cabalgata, así que quiero estar libre de cargas y pensamientos.
Mañana no sé si
escribiré o no. Todo depende de si los Reyes me traen inspiración o ganas de
descansar. Ya lo veré.
Que os traigan
muchas cosas, aunque hayáis sido malos, y hasta
mañana.
Pepeprado
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