Eso es al menos lo que se presume. Con la terminación de las
Navidades, el paso de los Reyes e incluso la primera explosión de las rebajas,
por cierto menos explosivas que otros años, se espera que todo vuelva a una normalidad más
cotidiana.
Puede, pero lo que ha
cambiado es que esa normalidad de la que hablamos y que esperábamos no tiene
nada que ver con la que “disfrutamos” actualmente.
La secuela del talante nos
sigue castigando con noticias que hacen que leer los periódicos o ver
telediarios sean tareas para hacerlas con el tarro de Sales de Fruta Eno al
lado, para calmar los ardores.
Mientras tanto, los
responsables del desaguisado, están en Sevilla intentando ver quién se queda
con los restos del naufragio, si el Ex Gran Visir que lo sabía todo pero que
ahora dice que no podía hacer nada, o la ministra a la que le cuesta ser española
y por eso aspira a quedarse con el pastel, para catalanizar al estado y
convertirnos en colonias.
Para amenizar estas alegres
veladas, y quizás para que no se nos olvide de qué va la cosa, siguen saliendo
noticias. Noticias, que hablan por ejemplo de las virtudes financieras del nene
de Donmanué, o de las andanzas de un Director General de Empleo de la Junta que
se repartía la pasta de los EREs con su chofer, al que le encargaba comprar la
cocaína para los dos y acompañarlos a juergas y fiestorros con mujeres malas,
de esas que están buenas.
Por tanto, eso, vuelta a la
normalidad. Y dentro de esta normalidad sigue siendo lo habitual que nadie (de
los escogidos por la Diosa Fortuna) vaya al trullo por estafar, robar, mentir o
cualquier otra cosa que se les ocurra. Para estos trileros del poder, chorizos
de altos vuelos, la Justicia, perdón, la Justicia no, la Ley, es bastante laxa.
Aquí los escarmientos se dejan para los robaperas y los ladronzuelos de poca
monta, y ni te cuento si pillan a un honrado ciudadano que haya tenido un
desliz momentáneo; a ese le cae el peso de la Ley con varias toneladas de hormigón
encima para hacer más presión. Aquí matar es más barato que robar plátanos y saltarse
un semáforo en ámbar puede llevarte a Alhaurín aunque no hubiera nadie en dos kilómetros
a la redonda, pero conducir sin carnet un Lamborghini a 200 por hora, trufadito
de coca y con las neuras del revés, se paga con una multa de unos pocos euros.
Por cierto, la Guardia Civil
ya ha dicho en voz alta y clara que en los controles de estas navidades había
más gente que daba positivo por drogas que por alcohol, a ver como se digiere
eso.
Este punto de vista es el que
me hace esperar con curiosidad a ver que se inventa el señor fiscal sobre el
asunto del presunto señor Del Nido. Aclaro que la curiosidad es sobre eso, ver
que se inventa; que no entra al talego este tío, lo tengo clarísimo.
Sí está condenada, sin embargo
una mamá, por “violencia domestica”, simplemente por pelearse e con su nena de
13 primaveras. Me gustaría ver la verdad de estas relaciones y también cómo se
puede cumplir una orden de alejamiento de al menos 200 metros viviendo en el mismo
piso… a menos que vivan en el palacio de Liria que es espacioso.
Lo dicho; vuelta a la
normalidad.
Hasta mañana.
Pepeprado
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