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lunes, 9 de enero de 2012

La normalidad


Eso es al menos lo que se presume. Con la terminación de las Navidades, el paso de los Reyes e incluso la primera explosión de las rebajas, por cierto menos explosivas que otros años, se  espera que todo vuelva a una normalidad más cotidiana.
Puede, pero lo que ha cambiado es que esa normalidad de la que hablamos y que esperábamos no tiene nada que ver con la que “disfrutamos” actualmente.
La secuela del talante nos sigue castigando con noticias que hacen que leer los periódicos o ver telediarios sean tareas para hacerlas con el tarro de Sales de Fruta Eno al lado, para calmar los ardores.
Mientras tanto, los responsables del desaguisado, están en Sevilla intentando ver quién se queda con los restos del naufragio, si el Ex Gran Visir que lo sabía todo pero que ahora dice que no podía hacer nada, o la ministra a la que le cuesta ser española y por eso aspira a quedarse con el pastel, para catalanizar al estado y convertirnos en colonias.
Para amenizar estas alegres veladas, y quizás para que no se nos olvide de qué va la cosa, siguen saliendo noticias. Noticias, que hablan por ejemplo de las virtudes financieras del nene de Donmanué, o de las andanzas de un Director General de Empleo de la Junta que se repartía la pasta de los EREs con su chofer, al que le encargaba comprar la cocaína para los dos y acompañarlos a juergas y fiestorros con mujeres malas, de esas que están buenas.
Por tanto, eso, vuelta a la normalidad. Y dentro de esta normalidad sigue siendo lo habitual que nadie (de los escogidos por la Diosa Fortuna) vaya al trullo por estafar, robar, mentir o cualquier otra cosa que se les ocurra. Para estos trileros del poder, chorizos de altos vuelos, la Justicia, perdón, la Justicia no, la Ley, es bastante laxa. Aquí los escarmientos se dejan para los robaperas y los ladronzuelos de poca monta, y ni te cuento si pillan a un honrado ciudadano que haya tenido un desliz momentáneo; a ese le cae el peso de la Ley con varias toneladas de hormigón encima para hacer más presión. Aquí matar es más barato que robar plátanos y saltarse un semáforo en ámbar puede llevarte a Alhaurín aunque no hubiera nadie en dos kilómetros a la redonda, pero conducir sin carnet un Lamborghini a 200 por hora, trufadito de coca y con las neuras del revés, se paga con una multa de unos pocos euros.
Por cierto, la Guardia Civil ya ha dicho en voz alta y clara que en los controles de estas navidades había más gente que daba positivo por drogas que por alcohol, a ver como se digiere eso.
Este punto de vista es el que me hace esperar con curiosidad a ver que se inventa el señor fiscal sobre el asunto del presunto señor Del Nido. Aclaro que la curiosidad es sobre eso, ver que se inventa; que no entra al talego este tío, lo tengo clarísimo.
Sí está condenada, sin embargo una mamá, por “violencia domestica”, simplemente por pelearse e con su nena de 13 primaveras. Me gustaría ver la verdad de estas relaciones y también cómo se puede cumplir una orden de alejamiento de al menos 200 metros viviendo en el mismo piso… a menos que vivan en el palacio de Liria que es espacioso.
Lo dicho; vuelta a la normalidad.
Hasta mañana.
Pepeprado

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