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jueves, 19 de enero de 2012

Fastuosa cartelería fina

Como siempre, esta mañana temprano he echado un somero, muy somero, vistazo a eso que llamamos la prensa diaria. Entre toda la marea de noticias presuntamente importantes, entre las que hoy domina la feria de vanidades de Fitur, me encontré con otro impacto que habla de la Educación con mayúsculas, es decir de esa educación oficialista que nos está llevando a la cola del mundo en instrucción y calidad.
Ahora, por si la grey presuntamente estudiantil no estuviera lo bastante entre algodones, se va a nombrar un “delegado de clase” entre los papás de las criaturas. Esto es, una especie de comisario político en cada clase, para que intervenga en las disputas entre los sufridos pezqueñines y los malvados tutores. Así, cada vez que el tutor piense que al borrico de turno hay que castigarlo, tendrá que elevar instancia solicitando permiso a su comisario para no ser mandado a un gulag por querer ser tan infames, malandrines e ignominiosos en su trato con los futuros premios Nobel de este sufrido país. Con esto, la decisión sobre los estudios, pierde otra capa de autoridad de los enseñantes, a los que se les presupone han hecho una carrera y varios cursos de perfeccionamiento para ejercerla, para dejarlas en manos de quienes en su mayoría son (como mínimo), aficionados en la materia. Otro palito a la burra del desconcierto. Y menos mal, que ya no está doña Bibi al mando, porque con esta, el asunto se complicaría aun más, habría que sexar a los tutores para ver si sus inclinaciones biológicas influyen en sus decisiones.
Para empezar a aclarar esta situación, habría que explicar claramente a la ciudadanía, que los nenes van al cole para ilustrarse, para adquirir conocimientos; para el asunto de la educación, están en primera línea de fuego los valores que al pequeño saltamontes se les inyecten en casa y con el clan familiar de actuantes. Si en el hábitat natural, el ambiente no es  lo más adecuado, aunque manden al pollo a Harvard, el asunto de la educación, seguirá siendo un imposible. Mientras esto no se aclare, seguiremos liderando esos informes Pisa, pero por la parte de abajo, que es lo nuestro.
Me he despistado con el asunto. Lo que quería decir desde el principio, es que tras este desvarío mental, al ir al footing bancario, he visto en un escaparate uno de esos cartelitos que tanto me encantan. Lo pongo para que se vea que las patadas al lenguaje siempre son superables, por muy bestia que nos parezca lo ya visto.
Por si nadie se entera, ya sé que es difícil, este Mango de Aspiración Inteligente, es uno de esos chupones que se ponen en las bañeras para agarrarse y evitar resbalones innecesarios. Cuando todavía estaba digiriendo lo de la aspiración “inteligente”, me quedé sin habla al enterarme que el cacharro es un “apoyo asombrante”. ¡¡¡ La lessshe !!!
Desde luego, asombrante si que lo es. A mí personalmente, m’a dejáo pasmáo… Me emociona particularmente que todo el invento esté bajo el rótulo general de SALUD, lo que implica que con esto te quedas como nuevo. Desde luego, viendo estas cosas entiende uno mejor las cosas que se oyen en los concursos y tertulias de la tele. Menos mal, que a partir de ahora, los comisarios de clase van a corregir estos desvaríos. Seguro que con su ayuda, hasta los que cuentan los trajes en el caso valenciano, harán mejor los cálculos, porque hasta en esto, tras varios años de instrucción, no se aclaran con cuantos trajes hay que cobrarle cada uno de los implicados. ¡En qué manos estamos!
Hasta mañana.
Pepeprado 

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