No
me refiero a la pasta que evaden los más listos del lugar, sino a la película
que me ha sido recordada esta mañana al tener que ir a un polígono y despues
salir de él. Es toda una aventura; los polígonos son tierra de nadie y de todos
para aparcar. Para salir, hay que ir esquivando de todo. Por eso, voy tarde
esta mañana, por mi periplo poligonero.
Una
vez aclarada mi tardanza, he echado un vistazo a lo que hay y de todo lo más esplendoroso
es el anuncio de don Maduro I de Venezuela qué, al más puro estilo Bélmez, ha mostrado
la cara de Chávez que se le ha aparecido ¡en un túnel del metro!; “Maduro
muestra el rostro de Chávez 'aparecido' en una excavación del metro”.
Por
si la aparición en sí misma no fuera bastante, la adornó con este fervoroso florilegio;
“… es la mirada de la patria que está en
todos lados". Toma ya. A esto, es mejor no hacerle comentarios, el
derrame espiritual de don Maduro habla por sí mismo, es una elevación a lo
santa Teresa rediviva, aunque tiene que ser incómodo que la mirada de la patria
se dirija a ti, por ejemplo en el wáter o el mingitorio.
Por
estos lares, aparte de mortadelos patrios y filemones yanquis, todo igual.
Dicen,
y no me lo creo, que van a meter mano a dos consejeros de doña Espe por eso,
por ellos meter la mano en la caja. Ya se verá, porque mi fe en estas cosas es
limitada. Más hoy, en que el Presidente que saqueó a su banco está ejerciendo
de acusador contra el juez que intentó meterlo en el trullo, la etarra le
reclama al Estado al que ella no reconoce, que le pague una pasta y en Málaga,
el individuo Roca ya va a salir de permiso a gastarse la pasta que afanó en Marbella.
Con estos indicios, pensar que aquí lo de la justicia y la imparcialidad brilla,
es pensar que solo lo hace por su ausencia.
Quizás
por estas cosas, y también porque se está acabando el mes, no tengo demasiadas gansas
de darle vueltas a estas cosas.
Cada
vez que pones un telediario, o miras un periódico todo son muertos, desgracias,
saqueos y sinvergüenzas a lo suyo.
Bueno,
de esto, de sinvergüenzas salen todos menos los del nuevo lema sindical; “A las
mariscadas”. Estos no salen nunca… y siguen yendo a por las langostas,
los Chivas y los Cohíbas a calzón quitado.
Y
doña Susana, aquella que prometió que no iba a perdonar ninguna corrupción,
callada. Lo de siempre.
Hasta
mañana
Pepeprado