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jueves, 31 de octubre de 2013

La Gran Evasión

No me refiero a la pasta que evaden los más listos del lugar, sino a la película que me ha sido recordada esta mañana al tener que ir a un polígono y despues salir de él. Es toda una aventura; los polígonos son tierra de nadie y de todos para aparcar. Para salir, hay que ir esquivando de todo. Por eso, voy tarde esta mañana, por mi periplo poligonero.
Una vez aclarada mi tardanza, he echado un vistazo a lo que hay y de todo lo más esplendoroso es el anuncio de don Maduro I de Venezuela qué, al más puro estilo Bélmez, ha mostrado la cara de Chávez que se le ha aparecido ¡en un túnel del metro!; “Maduro muestra el rostro de Chávez 'aparecido' en una excavación del metro”.
Por si la aparición en sí misma no fuera bastante, la adornó con este fervoroso florilegio; “… es la mirada de la patria que está en todos lados". Toma ya. A esto, es mejor no hacerle comentarios, el derrame espiritual de don Maduro habla por sí mismo, es una elevación a lo santa Teresa rediviva, aunque tiene que ser incómodo que la mirada de la patria se dirija a ti, por ejemplo en el wáter o el mingitorio.
Por estos lares, aparte de mortadelos patrios y filemones yanquis, todo igual.
Dicen, y no me lo creo, que van a meter mano a dos consejeros de doña Espe por eso, por ellos meter la mano en la caja. Ya se verá, porque mi fe en estas cosas es limitada. Más hoy, en que el Presidente que saqueó a su banco está ejerciendo de acusador contra el juez que intentó meterlo en el trullo, la etarra le reclama al Estado al que ella no reconoce, que le pague una pasta y en Málaga, el individuo Roca ya va a salir de permiso a gastarse la pasta que afanó en Marbella. Con estos indicios, pensar que aquí lo de la justicia y la imparcialidad brilla, es pensar que solo lo hace por su ausencia.
Quizás por estas cosas, y también porque se está acabando el mes, no tengo demasiadas gansas de darle vueltas a estas cosas.
Cada vez que pones un telediario, o miras un periódico todo son muertos, desgracias, saqueos y sinvergüenzas a lo suyo.
Bueno, de esto, de sinvergüenzas salen todos menos los del nuevo lema sindical; “A las mariscadas”. Estos no salen nunca… y siguen yendo a por las langostas, los Chivas y los Cohíbas a calzón quitado.
Y doña Susana, aquella que prometió que no iba a perdonar ninguna corrupción, callada. Lo de siempre.
Hasta mañana

Pepeprado

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